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Estos son los dos nuevos colores que puedes ver en las carreteras españolas

  • Empezaron en 2017 y ahora ya se han extendido a buena parte del país

El blanco, en contraste con el negro del asfalto, es el color por defecto de las líneas que se pintan en la carretera: delimitación de carriles, rayas continuas o discontinuas... Todas ellas significan algo. Ahora, se añaden otros dos nuevos colores que, aunque ya se usan, cambian su significado según donde se encuentren.

El amarillo es otro de los colores clave para el tráfico, indican que un tramo está en obras y pueden incluso modificar de forma temporal el trazado de los carriles. Sin embargo, en este caso, los colores son el verde y el azul. Dos colores que ya vemos en las calles de cualquier ciudad y cuyo uso es el de delimitar las zonas de estacionamiento regulado (SER).

Ahora, también podemos encontrarlas también en la carretera. Según apunta el RACE, el origen de estas marcas viales no es demasiado reciente, puesto que comenzaron a utilizarse en carreteras secundarias de Castilla y León en 2017. Si bien no son tan recientes, no todo el mundo puede saber su significado.

Las líneas verdes se dibujan paralelamente y por el interior a las líneas blancas continuas que delimitan el arcén, e indican que el tramo por el que se circula se caracteriza por una alta siniestralidad. El tramo, además de por la línea, cuenta con señales verticales que indican que es un espacio sujeto a una vigilancia especial.

El secreto es, en parte, psicológico, ya que crean en el conductor una sensación de estrechamiento de la calzada que les hace, a su vez, levantar el pie del acelerador y reducir la velocidad a la que circulan.

Las líneas azules, de su lado, no tienen nada que ver con el tráfico o la seguridad vial. Llevan más tiempo en las carreteras y su función es marcar el trazado de una línea de fibra óptica que recorre esos tramos de larga distancia. En este caso, su dibujo es una delgada línea azul sobre la calzada, por el exterior y de forma paralela a las rayas blancas del arcén. La intención es aprovechar la obra de una autopista para extender el cableado de esta fibra, cuyos finos filamentos sustituyeron a los cables metálicos telefónicos que se usaban con anterioridad.

Estas líneas se dibujan con el objetivo de reducir la siniestralidad de las carreteras. Según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), unas 1.145 personas que perdieron la vida en las carreteras españolas en 2022. De ellas, tres de cada cuatro (833 personas) lo hicieron en carreteras convencionales y uno en autopista o autovía (312 personas). Ambas cifras experimentan un aumento del 5% y del 3% con respecto a los datos de 2019.

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