
La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) logró el año pasado los ingresos más altos de su historia. La patronal de los concesionarios logró en 2022 unos ingresos de explotación de 1,88 millones de euros, que también implican un incremento del 31,3% en tasa interanual, según las cifras de la Memoria Anual de la asociación.
El beneficio neto de la asociación se situó en los 118.992 euros, lo que supone un descenso del 16,1% en tasa interanual. Asimismo, el resultado de explotación también se recortó un 15,5%, hasta alcanzar los 125.828 euros.
El beneficio bruto de explotación (ebitda) de Faconauto en 2022 cayó un 17% en tasa interanual, hasta los 108.057 euros, mientras que el resultado antes de impuestos se situó en los 123.936 euros.
Los gastos de personal también se incrementaron un 14,8% en tasa interanual, hasta alcanzar los 605.469 euros. En materia tributaria, Faconauto también elevó los impuestos sobre beneficios un 25,7% en tasa interanual, hasta los 4.944 euros.
A nivel sectorial, la facturación de los concesionarios españoles en 2022 alcanzó los 36.137 millones de euros, en línea con el ejercicio anterior.
Por área de negocio, los vehículos nuevos supusieron el 62% de las ventas, cinco puntos porcentuales menos en tasa interanual, hasta los 22.404 millones. El vehículo de ocasión aportó el 19% de los ingresos, con un total de 6.866 millones, al tiempo que el taller aportó otro 19%.
Cambio de presidencia
La patronal acaba de llevar a cabo un cambio en la presidencia. Gerardo Pérez, presidente de Faconauto desde 2017 ha puesto fin a su mandato.
La hasta entonces vicepresidenta ejecutiva de la asociación, Marta Blázquez, le sucede en el cargo tras un cambio en los estatutos para para que la presidencia la pueda ostentar un profesional y no un presidente de una asociación de concesionarios.
Se trata de la primera mujer en presidir la patronal desde su fundación en 1986. Todo ello en un momento en el que la distribución del automóvil encara el reto de su transformación, con cambios en el marco de relación con sus marcas y también con los propios clientes, y el de que los concesionarios sean parte protagonista del actual proceso de descarbonización de la movilidad como actores en la generación de riqueza y cohesión territorial.