Nos adentramos por primera vez en el centro de ensayo de neumáticos de Michelin más importante del mundo. Está en Almería, y allí someten a los neumáticos a las pruebas más extremas para mejorar la seguridad, la eficiencia y el rendimiento de todos sus productos antes de que salgan al mercado.
Almería no solo destaca por ser una bonita región con sus increíbles playas, monumentos y gente. Muy próximo al Parque Natural Cabo de Gata-Níjar (declarado en 1987 Parque Natural) se ubica uno de los centros de ensayo de neumáticos más importantes del mundo. Nos referimos al CEMA (Centro de Experiencias Michelin de Almería) que acaba de cumplir 50 años. (Acceda a la galería de fotos)

Para celebrarlo, y por vez primera en su historia, el fabricante nos abre sus puertas para conocer, de la mano, entre otros, de su director Jorge Pato Elgoibar, un poco más de cerca parte de lo que se "cuece" sobre las 4.500 hectáreas de superficie que abarca este singular centro. Siempre con el recelo que impone, claro está, mostrar este tipo de ensayos (adiós a la cámara de nuestros móviles).
¿Y por qué Almería? El emplazamiento es perfecto para las pruebas que realiza Michelin porque se trata de una zona con un microclima particular que ofrece el nivel de lluvias mas bajo de Europa (solo 200 mm de lluvia al año), muchas horas de sol y unas temperaturas medio altas (cuando llueve, el centro de Michelin para su actividad). Estas son las condiciones ideales para desarrollar los programas de pruebas y evaluación a los que se someten los nuevos neumáticos antes de ser lanzados al mercado.
Michelin protege el Cabo de Gata
Formar parte del privilegiado entorno del Cabo de Gata conlleva una responsabilidad que Michelin ha sabido asumir. Para ello, desde el CEMA se realiza una amplia labor de protección y conservación del Parque, llevando a cabo tareas de rehabilitación y de reintroducción de especies protegidas de flora y fauna, con especial cuidado para el ejemplar de Dracaena Draco, el famoso drago originario de las islas Canarias, que supera los 250 años (la edad real es un misterio) y es uno de los símbolos del centro.

Michelin, medio siglo de vida innovando en su centro de experiencias
El CEMA se inauguró el 2 de enero de 1973. Al inicio se trataba de un complejo destinado a la experimentación con neumáticos de obra pública y minería. Contaba, en sus primeros meses de actividad, con una plantilla de 59 personas, seis vehículos de prueba y una única pista de ensayos de 3,5 km.
Un año después se inició la construcción de nuevas pistas específicas para neumáticos de maquinaria agrícola, a las que se sumaron poco después las instalaciones para los ensayos de neumáticos de camión. En 1977 ya funcionaba la primera pista para realizar pruebas de forma automática. Los vehículos rodaban sin conductor.
Es a mediados de los 80 cuando comienzan las pruebas de neumáticos de turismo, camioneta y avión, y a partir de 1992 las pruebas de rodaje en pista se complementan con ensayos en carreteras para probar neumáticos en situaciones reales, tanto de turismo como de camión.
A principios de los años 2000 arranca en el CEMA el desarrollo de los neumáticos gigantes -más de 4 metros de diámetro y 5,6 toneladas de peso por unidad- para las llantas de 63 pulgadas del CAT 797, el dumper más grande del mundo. Impresiona.
Unos 20 millones de kilómetros de pruebas al año
Hoy en el CEMA trabajan más de 170 expertos altamente cualificados. Cuenta con 55 pistas de asfalto, arena y piedras para adaptarse a todas las condiciones de uso del neumático y más de 100 kilómetros de pistas, en las que un amplio parque de máquinas de rodaje y más de 250 vehículos de todo tipo totalizan cada año cerca de 20 millones de kilómetros de pruebas. El CEMA está especializado sobre todo en neumáticos XXL, los que calzan los vehículos de ingeniería civil.

Con los diferentes test que se realizan se pueden evaluar en condiciones reales las cualidades y las limitaciones de todo tipo de neumáticos en prestaciones, como la adherencia en distintos tipos de suelo, el confort, la resistencia a las agresiones y al desgaste o su comportamiento ante choques o en situaciones de alta temperatura, entre otras muchas variables.
Unas pruebas muy singulares
Los test que más se realizan ahora son de resistencia a la rodadura, dejando al neumático al borde de la extenuación para conseguir mejorar eficiencia y consumo sin mermar prestaciones.
Entre las pruebas que se llevan a cabo en el CEMA, impresiona el denominado test de rotación. Un gigantesco Caterpillar realiza 30 ataques a una montaña de arena para comprobar la presión nominal de los neumáticos. O la prueba de resistencia, en la que un Caterpillar de 600 toneladas (4,5 toneladas cada uno de sus neumáticos) se desplaza sobre un terreno cubierto por piedra pórfido, una de las más duras del mundo. En total: 600 minutos de ensayo con cambio de piedras cada media hora (el Caterpillar las tritura).

Los test a turismos se centran en las pruebas de ruido que se realizan sobre un asfalto específico y siempre en las mismas condiciones (en verano se llega a pulverizar agua para acallar a las chicharras), a una velocidad de entre 70 y 80 km/h.
Para 2050, todos los Michelin serán sostenibles
Michelin trabaja también en reducir de sus neumáticos el uso de materias primas agotables por materiales vegetales y reutilizables (resina de pino, carcasa de arroz...) y en este sentido ya cuenta con una hoja de ruta muy clara: en 2050 todos sus neumáticos estarán fabricados con un 100% de materiales sostenibles, reciclados o de origen biológico. Para ello, ya en 2030 se han fijado el objetivo de llegar al 40 por ciento y aumentar la eficiencia energética en hasta un 10 por ciento en comparación con 2020, sin comprometer las prestaciones.
Para cumplir con este objetivo, Michelin cuenta con más de 6.000 expertos dedicados a desarrollar avanzados neumáticos y con unas inversiones anuales para investigación y desarrollo de más de 698 millones de euros.