
Apenas han transcurrido dos semanas desde que la Unión Europea dio su beneplácito a poner fin a los vehículos de combustión en 2035. Es una medida que suscitó revuelo y polémica, especialmente por parte de la industria automovilística. Lo que propició que las negociaciones se fueran alargando en el tiempo. Ya con esta decisión adoptada, la Comisión Europea avanza en su empeño por conseguir un parque de vehículos más limpio y respetuoso con el medio ambiente. Así es que este jueves Bruselas ha propuesto nuevas reglas para la que será la última serie de vehículos de diésel y gasolina.
Lo que ha presentado el Ejecutivo comunitario es una nueva normativa de emisiones de 2025 a 2035 para vehículos que afectará, principalmente a la industria de fabricación de automóviles, furgonetas, camiones y autobuses. Como novedades, la propuesta fija que las emisiones de gases NOx (óxido de nitrógeno) para coches y furgonetas no puede superar los 60 miligramos por kilómetro (mg/km), frente al límite previo de 80 mg/km que se establecía previamente para los vehículos diésel y los 60 mg/km de los de gasolina.
En lo que respecta a camiones y autobuses la normativa endurece los límites de emisión respecto a lo fijado previamente, que se situaban por debajo de los de vehículos ligeros. Las nuevas reglas también establecen límites de emisión para las emisiones no reguladas anteriormente, como las emisiones de óxido nitroso de los vehículos pesados, fijadas en 350 mg/km.
La regulación se aplica a todos los Estados miembro sin discriminación alguna, ha señalado en rueda de prensa el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, que ha incidido en la importancia en que se armonicen las reglas a nivel comunitario para evitar fragmentaciones.
La nueva propuesta de regulación Euro 7 de la Comisión Europea (que resulta de la combinación de las anteriores Euro 6 para coches y furgonetas y Euro VI para buses y camiones) reducirá las emisiones de gases NOx de coches y furgonetas en un 35% frente a la anterior regulación y de un 56% en el caso de camiones y autobuses, según ha explicado el Ejecutivo comunitario.
Por otro lado, reducirá las partículas producidas por el tubo de escape en un 13% en turismos y furgonetas, y un 39% en autobuses y camiones, mientras que las partículas de los frenos de los automóviles se contraerán en un 27%.
Julio de 2025 sería la fecha de entrada en vigor de estas medidas para vehículos ligeros y julio de 2027 para vehículos pesados, según figura en la propuesta de la Comisión Europea, si bien contempla excepciones para los fabricantes con pequeños volúmenes por las limitaciones tecnológicas.
Además, la propuesta de Bruselas establece que todos los vehículos deberán cumplir con las reglas durante un período más largo que el establecido hasta la fecha. Se comprobará que turismos y furgonetas cumplan con la norma hasta alcanzar los 200.000 kilómetros y los 10 años de antigüedad. Dos cifras que duplican la durabilidad de la normativa previa que establecía 100.000 kilómetros y 5 años de antigüedad.
La propuesta de normativa de Bruselas, que deberá ser negociada ahora con el Consejo Europeo y con el Parlamento Europeo, insta a alargar la vida útil de las baterías de los vehículos eléctricos para reducir la necesidad de materias primas para su fabricación. Además, los vehículos contarán con un sensor para medir las emisiones de la vida útil del vehículo y evitar que no puedan ser manipuladas.
Según los datos presentados por el Ejecutivo comunitario, el transporte por carretera con vehículos de combustión fue responsables del 39% de las emisiones de gases NOx en 2018 y del 47% de los mismos en zonas urbanas.
El comisario de Mercado Interior puso sobre la mesa que "los vehículos de combustión continuarán en las carreteras de África y Asia más tiempo que en Europa", un marco en el que instó a ayudar a otros países en esta transición.
Mensajes contradictorios
En todo caso, el propio Breton dejaba caer, hace pocos días, una posible revisión del fin de los vehículos de combustión en 2035 ya que la industria automovilística europea tendrá problemas para cumplir con tales objetivos. Además, los incentivos de la administración Biden puestos a disposición del sector del automóvil en Estados Unidos no harían si no agravar la posible ventaja competitiva de la industria al otro lado del Atlántico.
En este marco, el comisario ha puesto este jueves sobre la mesa la creación de un grupo de trabajo a principios de diciembre que se centrará en abordar esta transición en lo que respecta a las competencias profesionales para el cambio productivo así como las implicaciones para el ecosistema industrial y empresarial afectado.
En una entrevista con el diario francés Les Echos el comisario de Mercado Interior animó a los fabricantes a "seguir produciendo vehículos de combustión interna, generar empleo de calidad y seguir siendo una fuerza exportadora".
Bretón instó así a crear una cláusula para revisar en 2026 ese horizonte que pone fin a los vehículos de combustión en 2035 y retrasarla en caso necesario ya que, advirtió, son 600.000 los puestos de trabajo que la industria del automóvil podría perder con esta transformación, de un total de 13 millones de personas que emplea la industria.