Motor

Los sistemas ADAS, un seguro de vida para tus vacaciones

  • Esta tecnología será capaz de prevenir en un 40% los accidentes y reducir un 29% las víctimas mortales al volante
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A la hora de comprar un vehículo, el usuario va a estar pendiente, cada vez más, de los sistemas ADAS (Advanced Driver Assistance Systems) ya que todos los coches y furgonetas nuevos que se lancen al mercado europeo desde ahora deberán incorporar estos mecanismos de ayuda a la conducción. El objetivo de hacer obligatoria esta nueva tecnología es el de reducir en 25.000 el número de fallecidos en carreteras dentro de la Unión Europea para el año 2038.

Según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), durante el mes de julio (en plena operación salida) se han registrado en las carreteras españolas 122 siniestros mortales en los que han fallecido 131 personas, es decir, 14 víctimas más que en el mismo mes de 2019. Desde Tráfico aseguran que este incremento se debe, en mayor medida, "al aumento del número de desplazamientos" que ha subido un 5%. Concretamente, en todo el mes se han registrado 45,2 millones de movimientos de largo recorrido, frente a los 43,3 millones de julio de 2019.

En este contexto, la incorporación de la tecnología de los sistemas ADAS puede ayudar a frenar significativamente la siniestralidad y, lo que es más importante, pueden salvar la vida de todos los ocupantes del vehículo, ya que disminuye el riesgo de accidente. En concreto, según el proyecto VIDAS, los sistemas ADAS "serían capaces de prevenir el 40% de los accidentes, el 37% de las lesiones y hasta el 29% de las víctimas mortales".

Aun así, según el estudio sociológico Conocimiento de los sistemas ADAS por parte de la población española, enmarcado en el proyecto VIDAS (seguridad Vial y ADAS), impulsado por Bosch y la Federación para la Seguridad Vial (Fesvial), el 40% de los conductores españoles reconoce que no tiene conocimientos suficientes sobre este tipo de sistemas de seguridad y apoyo a la conducción. Al mismo tiempo, el 60% restante, manifiesta que sí los conoce, pero no sabrían aportar una definición concreta y muestran confusión ante los diferentes elementos y sus funciones.

En lo que se refiere a grado de equipamiento en el parque móvil español, Bosch y Fesvial lo califican de "medio-bajo", sobre todo en aquella tecnología que tiene la capacidad de evitar siniestros viales, tales como los sistemas de mantenimiento de carril, la frenada automática de emergencia, la dirección del ángulo muerto o los detectores de fatiga, entre otros.

¿Cómo funcionan?

Los sistemas ADAS necesitan crear un conocimiento fiable del entorno del vehículo para detectar esas situaciones de riesgo y poder ofrecer su asistencia al conductor. Es decir, generan una fotografía virtual que aporta información a la unidad de control del sistema, unos datos que llegan a través de diversas fuentes. En ese sentido, Carglass ha elaborado un informe sobre el funcionamiento de las distintas tecnologías de los ADAS:

Cámaras

Este podría decirse que es el componente estrella del sistema y suelen estar instaladas en la parte superior central del parabrisas. Estas cámaras, con la ayuda de diferentes algoritmos y la inteligencia artificial, son capaces de ofrecer un reconocimiento fiable de peatones, animales y objetos o leer señales de tráfico. Eso sí, estos elementos solo pueden "entender" lo que haya sido clasificado previamente en su software.

Otro de sus problemas es que, a pesar de ser muy sofisticadas, pueden ofrecer problemas de visión cuando se ensucian o hay circunstancias meteorológicas como la lluvia, la niebla o la nieve. Además de las ilusiones ópticas naturales.

Radar

Este elemento suele estar situado en la parrilla delantera del vehículo y sirve como apoyo para la localización de objetos, tanto estáticos como en movimiento, que están alrededor del vehículo durante su marcha.

El alcance de los radares está en 250 metros y tienen una visión 360 del entorno. Las ventajas que tienen es que no se ven afectados por las inclemencias del tiempo y miden todos los valores relevantes (ángulo, distancia, velocidad y parámetros) sin necesidad de realizar cálculos. La desventaja es que no son capaces de reconocer colores, formas u objetos.

Láser LIDAR

Este sistema "se trata de un sensor caro y complejo", aseguran desde Carglass. Pero será clave para la futura conducción autónoma. El láser LIDAR (Light Detection and Ranging, por sus siglas en inglés) puede medir con precisión en 3D a un alcance de 200 metros de distancia. El problema está en que, para funcionar correctamente, necesita el apoyo de otros sensores, por su alcance se reduce cuando hay niebla, lluvia o cuando está sucio.

Ultrasonidos

Estos componentes se instalan en el paragolpes del vehículo y "son muy fiables". Funcionan con una técnica parecida a la que usan los murciélagos para volar, empleando impulsos ultrasónicos que rebotan en los objetos y los ecos son analizados para obtener información. "Eso sí, solo sirven para los sistemas de asistencia a la conducción relacionados con el estacionamiento del vehículo, ya que tienen un alcance de seis metros y solo funcionan a bajas velocidades", reza el informe de Carglass.

Sistema de navegación

La gran ventaja de este elemento es que no depende, como los sensores, de un alcance determinado. La cartografía digital ya está registrada, lo que le permite generar un horizonte virtual con la ruta marcada en el que aparecen desniveles, curvas o límites de velocidad. Esto ayuda a predecir a los sistemas de control de crucero predictivo del vehículo a frenar y acelerar según la orografía de la vía, entre otras cosas.

Nuevos sistemas

A comienzos de los años 80, la única tecnología ADAS que incorporaban los vehículos eran el ABS, el airbag, el control de tracción... elementos que están ya muy incorporados en el vocabulario de las personas. En cambio, actualmente hay una treintena de nuevos elementos que asisten la conducción y muchos de ellos ya van incorporados de serie en los nuevos vehículos. Entre ellos destacan, por ejemplo, el sistema de velocidad inteligente, que es capaz de detectar las señales y adaptar la velocidad según el límite marcado en cada vía.

Por otro lado, está la alerta de fatiga. Según la DGT, entre el 20% y el 30% de los accidentes de tráfico están relacionados, de un modo u otro, por la fatiga, por lo que este elemento lo que hace es determinar cuándo debe parar el conductor. Para ello, usa cámaras o sensores situados en el interior de la cabina para analizar los movimientos del conductor o sus ojos y le avisa con una señal acústica que le indica que debe parar.

A esto se añaden sistemas de luces de frenada automática, que se encienden cuando el coche aplica la frenada de emergencia para avisar a los vehículos traseros del peligro que se suma a la detección de tráfico trasero, que avisa de si hay algún elemento detrás del vehículo a la hora de salir de un aparcamiento en batería y, el más interesante, el alcolock, un sistema que obliga al conductor a demostrar que no tiene altas tasas de alcohol en sangre antes de arrancar el vehículo.

Es cierto que la tecnología ayuda a salvar vidas, pero los sistemas de seguridad ADAS no se presentan como la solución a la siniestralidad, sino una ayuda para reducir los números. El factor humano y el respetar las normas de tráfico son fundamentales para que la mortalidad en carretera descienda.

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