A la hora de mantener el coche limpio y en buen estado, uno de los elementos más difíciles de adecentar, sobre todo cuando el cuidado se realiza a mano, son las llantas.
Estos componentes, hechos de diversos materiales, como acero, aluminio o fibra de carbono, acumulan restos de polvo de los frenos a medida que se utiliza el coche, tiñendo las ruedas de un color negro que afea el aspecto del vehículo.
Sin embargo, y al contrario de lo que puede suceder con el polvo del resto de la carrocería, la suciedad no se va con un simple manguerazo, por lo que conviene aplicar diferentes técnicas y productos si se quiere lucir unas llantas limpias y brillantes.
Cómo limpiar las llantas
Lo primero que se debe tener en cuenta a la hora de limpiar las llantas es, precisamente, este último aspecto: de qué material son las llantas. De esta forma, podremos adquirir un limpiador especializado que deje mejores resultados que un jabón o limpiador genérico.
También es fundamental contar con un trapo para secar las llantas una vez limpias y con un cepillo para llegar a aquellas zonas con más recovecos.
Con todo ello, para limpiar las llantas es preferible que estén frías. Con el coche detenido en una zona apta para el lavado, es aconsejable dejarlo reposar unos minutos para que se enfríen las ruedas. Si no, la suciedad estará más adherida a la llanta.
Después, es fundamental leer las instrucciones del limpiador que, por lo general, suelen indicar que se deje reposar el producto tras aplicarlo entre dos y cinco minutos. Tras esto, se debe retirar el limpiador con una esponja bañada en agua o directamente con una manguera. En las zonas más ocultas puedes ayudarte de un cepillo, aunque con cuidado de no rayar, dañar ni retirar el esmalte de la llanta, ya que así se perderá el brillo. Ante restos de suciedad, es preferible aplicar una segunda vez el limpiador antes que rascar más fuerte con el cepillo.
Una vez limpia, conviene secar la superficie con un trapo para evitar que queden restos de agua marcados, al igual que sucede con las lunas o con los retrovisores.
Mantenerlas limpias
Existe un método con el que alargar el regreso de la suciedad a las llantas y, así, mantenerlas limpias por más tiempo.
Las ceras sintéticas, además de aportar brillo sobre la superficie de la llanta, actúan como repelente. Es decir, evitar que se adhiera el polvo procedente de las pastillas de freno.
Por ello, es recomendable aplicarla sobre la llanta con cierta frecuencia para mantenerlas limpias por más tiempo.