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¿Por qué todavía no existen ruedas sin aire para tu coche? Este es el problema

Foto: Dreamstime

Durante décadas, la población mundial ha sido testigo de numerosos avances en el campo de la ciencia, descubrimientos que han llevado al ser humano al espacio, que han conectado a todas las personas del planeta a través de una pantalla de unos pocos centímetros, pero ¿la tecnología todavía no ha descubierto como fabricar una rueda sin aire?

La realidad es que la sociedad ya ha visto en algún momento una rueda sin aire. Hasta que naciese el neumático, término que define a cualquier cosa que requiera presión de aire, todas las ruedas creadas por el ser humano funcionaban sin necesidad de este elemento. Incluso, hoy en día, los vehículos lunares están construidos con ruedas de goma que no funcionan con presión de aire.

Sin embargo, esto genera una duda mayor: ¿por qué se empezaron a usar ruedas neumáticas? La necesidad de utilizar este tipo de tecnología es tal, que todavía no es posible sustituir este tipo de piezas. De hecho, los expertos no creen que se comercialice una rueda sin aire hasta 2030, como mínimo.

¿Por qué no existen ruedas no neumáticas?

Como punto de partida, aparece un aspecto vital para la comercialización de una rueda sin aire: la durabilidad. Cuando un neumático está en movimiento, se comprime y se descomprime constantemente debido al peso del automóvil. El problema es que, yendo a unos 120 km por hora, este suceso ocurre unas 1.000 veces por minuto, tal y como explican desde Insider.

Este proceso genera una enorme cantidad de calor y, aquí, es donde entra en juego el aire. Este permite que la temperatura baje rápidamente. De esta manera, unos neumáticos pueden alargar su vida útil hasta los 100.000 km, si no se produce un accidente. Mientras que, si se elimina el aire de la ecuación, la durabilidad de la rueda se reducirá considerablemente. Ningún cliente comprará este producto si dura menos que el que ya tiene.

En segundo lugar, entra en juego la eficiencia. Las ruedas sin aire sufren una constante deformación de su estructura cuando están en funcionamiento, lo que aumenta considerablemente la resistencia a la rodadura. Es decir, la rueda tendrá más dificultades para mantenerse en movimiento cuando no se le aplique una fuerza, lo que en el cliente se traduce como que necesitará más combustible para recorrer el mismo camino que con un neumático.

Por último, aparece otro aspecto vital, la seguridad. Las ruedas tienen que soportar un peso enorme sobre ellas, un factor que los neumáticos tienen bajo control. Por este motivo, hasta que no se diseñe un material que pueda soportar el mismo peso que una rueda con aire y garantice la seguridad de los pasajeros no podrá comercializarse.

Así, para que una rueda sin aire salga al mercado tiene que encontrar la forma de alargar su vida útil, de tal manera que no necesite mantenimiento cada poco tiempo. Así como también necesita aumentar su eficiencia para que el gasto en combustible no sea tan drástico y, por último, garantizar la seguridad de los pasajeros. Además, todo ello debe estar ligado a la utilización de materiales sostenibles.

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