
Entre las diferentes pruebas a las que un vehículo debe someterse para pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), una de las más destacadas es la prueba de opacidad. Conocida comúnmente como prueba de humos, mide si el vehículo supera los límites de dióxido de carbono (CO2) permitidos y homologados en circulación.
Para realizar esta medición, los técnicos de la estación conectarán una sonda en el sistema de escape. Acto seguido, solicitarán al conductor que ponga el motor en punto muerto y que acelere, de forma gradual, desde el ralentí hasta que alcance unas determinadas revoluciones.
Normalmente, suele ser hasta el corte de inyección con aceleración en vacío o el máximo régimen de giro alcanzado, según explican desde el portal especializado en automoción AutoBild.es. Además, esta prueba se realizará siempre y cuando se supervise visualmente que el coche no indica ningún fallo de motor y con todos los sistemas auxiliares apagados, para no contribuir a un gasto de energía adicional.
Dónde está el truco
Aunque esta prueba no tiene por qué dar problemas si el coche está en buenas condiciones, existe una forma para garantizar aun más las opciones de que se supere con holgura. Está especialmente indicada para vehículos propulsados a partir de gasóleo (diésel) y para vehículos de cierta antigüedad.
"Ante de pasar por la estación de ITV, haz un recorrido de unos 15 o 20 minutos circulando a marchas cortas y a regímenes más elevados de lo habitual (4.000 revoluciones por minuto, por ejemplo)", aconseja el portal.
De este modo, se incrementará la cantidad de combustible que se inyecta en los cilindros y, en consecuencia, se generará un mayor flujo de gases, según la teoría. En la práctica, se quemará una cantidad mayor de carbonilla depositada, la responsable de que muchos vehículos no superen esta prueba.
Junto con este 'truco', existe otra fórmula para contribuir a que los inyectores estén libres de esta carbonilla. Esta fórmula consiste en verter al depósito de combustible un aditivo pre-ITV, con el que se limpiaran estos mecanismos tras recorrer unos 80 kilómetros. Este aditivo se puede adquirir en tiendas especializadas a cambio de unos 12 euros.