El vehículo híbrido enchufable, o PHEV por sus siglas en inglés, es solo una respuesta a corto plazo para la electrificación del automóvil. Si busca comprar un coche y va a aguantar con el mismo vehículo durante unos cuantos años, lo mejor es que no opte un híbrido enchufable. Aunque anuncian cifras muy buenas de consumo, solo 1,5 o 2 litros a los 100 km, la realidad es que esa cifra es un truco y son muy poco eficientes.
La razón es que llevan la mecánica de un vehículo de gasolina, o diesel y su depósito de combustible, pero también un motor eléctrico potente, capaz de mover el vehículo por sí solo y con una batería bastante grande, para ofrecer una autonomía eléctrica de al menos 50 km. Esta debe ser de al menos 12 o 15 kWh y por ello muy pesada y también costosa. Solo si va a comprar su coche por renting, en una operación a tres o cuatro años, puede merecer la pena hacer ahora esta operación intermedia o si necesita de forma imprescindible tener un coche con etiqueta "0 emisiones".
El sector del automóvil vive una completa revolución con la electrificación. En unos pocos años se ha pasado de hacer y vender coches diesel y de gasolina a hacerlo con coches eléctricos puros, y estamos en un momento complicado de esta transición. Todavía no hay una infraestructura de recarga suficiente, sobre todo en España, y no permiten desplazamientos largos de manera sencilla. También son más caros, porque el coste de las baterías es en estos momentos muy elevado.
Además, el coche eléctrico tiene un problema fundamental y es el de su autonomía. Si tiene poca autonomía, nos puede resultar poco interesante para cubrir todas nuestras necesidades. Y si es un vehículo con más autonomía, ésta se consigue por el momento poniendo una batería muy grande, de hasta 100 kWh en algunos casos, lo que supone aumentar en casi 800 kg el peso del vehículo.
Batería muy pesada
Por ello, para los que quieren un coche eléctrico de uso pero necesitan más autonomía y no quieren cargar con el peso de esa batería adicional y su sobrecoste, surgió la opción intermedia del híbrido enchufable. Básicamente, es un sistema similar al de un híbrido autorrecargable, como el Toyota por ejemplo, pero con un motor eléctrico más potente y, sobre todo, una batería más grande. Es una alternativa de movilidad con etiqueta "0 emisiones" y una opción más del mercado. Pero la pregunta es ¿realmente merece la pena adquirir ahora un coche híbrido enchufable? Trataremos de responder a esta pregunta.
Este es un tema complicado, y cada uno tiene su caso particular. Hay personas que necesitan, si o si, un coche con la etiqueta "0 emisiones" y esta opción y la del eléctrico son las únicas que pueden tener dicha etiqueta. También la del hidrógeno, pero es algo a más largo plazo. Pero ya algunas marcas de coches, como Peugeot, tiene una indicación visible desde fuera del coche que señala cuando el coche híbrido enchufable está funcionando de verdad en modo solo eléctrico. Por ello, comprar un híbrido enchufable si no se tiene un punto de recarga valdría de muy poco para el día a día. Pero sobre todo, pagar de más por una batería grande y por un motor eléctrico adicional, con su peso, por la etiqueta no parece muy razonable en la mayor parte de los casos.
A su favor tiene una ventaja muy importante, y es que tendremos el mismo coche para todos los días del año con independencia del plan que tengamos cada día. Tanto para ir por la ciudad, por zonas de bajas emisiones, como para circular por carretera a más velocidad sin importar la distancia a recorrer. Y ese es un punto muy importante en estos momentos.
¿Híbrido o eléctrico?
Antes de valorar adquirir uno de estos vehículos conviene analizar su consumo. Cuando vemos la ficha de homologación de un buen híbrido enchufable veremos un consumo de 2 litros a los 100 km, e incluso menos. Pero es falso, como muchas de las cosas que hace la Unión Europea en torno al automóvil y sus homologaciones. Esos 2 litros significa que el coche empieza a circular con la batería a tope de carga y que solo hace 100 km en total. Por ello, si la autonomía eléctrica homologada es de 70 km, solo hace 30 km con el motor de gasolina y ese es el consumo.
Es decir, que si nosotros compramos un coche eléctrico y pensamos en esos 2 litros de consumo, nos llevaremos una sorpresa cuando el primer día que salgamos a rodar por carretera veamos la cifra de consumo en 7, 8 o incluso más litros de consumo, como mínimo.
Hay muchas opciones tecnológicas en el mercado y cada uno debe adaptarse a la que mejor le salga en función de su utilización. Yo creo que tal y como van las cosas en estos momentos, la opción más inteligente es la de un vehículo híbrido, un buen híbrido aurorrecargable. Consiguen unas buenas cifras de consumo, son bastante eficientes y su coste es muy razonable. Toyota es el gran especialista en esta tecnología, gracias a más de 25 años de experiencia con la hibridación, pero otras marcas como el grupo Hyundai, Honda o algunos fabricantes premium están haciendo muy buenos híbridos.
Pero si realmente necesitan, por sus necesidades concretas, adquirir un híbrido enchufable, creo que la mejor opción es hacerlo en una operación de renting a tres o cuatro años. En 2026 habrá marcas que ya no venderán más que coches eléctricos, como es el caso de Volvo, y otras solo lanzarán para entonces sus coches nuevos como modelos 100% eléctricos, com han anunciado DS y Peugeot, entre otros.
Entonces, la infraestructura de recarga debería ser mucho mejor, el coste de las baterías será mucho más bajo y su densidad energética será muy probablemente el doble que la de las baterías actuales... Yo ahora me voy a comprar un híbrido autorrecargable y dentro de cuatro años, cuando me cumpla la operación de renting, compraré un eléctrico. Ese es mi consejo personal para un cliente normal.