
El grupo mexicano Bimbo ha creado un nuevo gigante de la panadería en España con la compra de Panrico, una operación que comunicará mañana a la bolsa mexicana. Bimbo ha adquirido la compañía al fondo de inversión Oaktree, que se hizo con el fabricante español a comienzos de 2012 después de que su anterior propietario, Apax, no pudiera hacer frente a la deuda.
Pero la operación no está aún ni mucho menos cerrada. Según han confirmado fuentes de la negociación, en el precontrato firmado hay una cláusula que establece que el acuerdo no será válido si el Tribunal Supremo anula el ERE que está aplicando la empresa y que implica 745 despidos y una bajada de salarios del 18% para los que empleados que siguen aún en nómina. Hay que tener en cuenta que hace poco más de un año, la Audiencia Nacional declaró ya injustificados 155 despidos, los fijados para 2015 y 2016, al considerar que dichas extinciones no se ajustaron a derecho.
Según decía entonces la sala de lo Social, en este caso no se ofrecía ninguna justificación "razonable" de carácter organizativo para que del total de salidas previstas, 79 se pospusieran a 2015 y 76 a 2016, ya que dichos despidos carecerían de causa o la causa invocada en el proceso culminado a finales de 2013 habría perdido actualidad en años posteriores, "por lo que no serviría de soporte para tales decisiones extintivas".
La Audiencia Nacional estimó así parcialmente la demanda interpuesta por Comisiones Obreras, que no satisfecha con la decisión presentó un recurso para intentar anular la totalidad del ERE ante el Supremo. Y será ahora por lo tanto éste último el que tenga la palabra, permitiendo que la operación pueda seguir adelante.
Conviene recordar que, tras la llegada del actual consejero delegado, Carlos Gila, en 2013, el plan de reestructuración que se planteó en un principio era mucho más ambicioso. Contemplaba despedir a 1.914 trabajadores, casi la mitad de la plantilla en ese momento, y rebajar los sueldos hasta un 45%.
Esta firma adquirió el 100% de Panrico en el año 2005 por unos 900 millones de euros. En ese momento la compañía concentró todo el proceso de producción en la península y vendió sus fábricas de Grecia y China. En 2010, y ante la caída imparable de las ventas y los números rojos, Panrico presentó un plan para reestructurar la deuda a la mitad, llevando a los bancos acreedores a entrar en el accionariado de la compañía mediante una ampliación de capital de 288 millones de euros. Finalmente, en noviembre de 2011 se vendió la empresa al fondo de inversión Oaktree con el objetivo de llevar a cabo una reestructuración que permitiera garantizar el futuro sostenible de la compañía.
Panrico comienza a ver así la luz al final del túnel. Después de haber sumado unas pérdidas desde el año 2008 por un importe total de 808,3 millones de euros y ver cómo sus ventas se reducían casi a la mitad, la empresa encamina por fin la senda de la rentabilidad.
El año pasado los números rojos se han reducido desde 80 millones a tan sólo 5,5 millones. Y, según confirman fuentes de la compañía, "este ejercicio se alcanzará un ebitda o resultado bruto de explotación de 20 millones, logrando además por primera vez en ocho años beneficio neto".