Tras cinco años de tiras y aflojas, parece que la falta de entendimiento entre Suiza y la Unión Europea al fin va a tener una consecuencia económica real y será en las bolsas. A partir del próximo lunes, los inversores europeos sólo podrán comprar acciones suizas de forma directa a través de SIX, el operador de la bolsa helvética, y no a través de intermediarios bursátiles europeos.
La Unión Europea lleva desde mayo de 2014 intentando que Suiza acepte un Acuerdo Marco que aglutine los más de 120 acuerdos bilaterales que han firmado ambas en las últimas décadas, unos documentos que han creado "una red compleja, y en ocasiones incoherente, de obligaciones a las que no es fácil atender".
Aunque la UE había amenazado con evitar que las acciones de empresas suizas pudieran negociarse en las bolsas comunitarias, el Consejo Federal del país decidió el pasado mes de diciembre no ratificar el acuerdo, por lo que la medida entraría en vigor el próximo 30 de junio. El Gobierno helvético se ha adelantado a este movimiento para evitar una caída repentina de la liquidez.
De esta forma, el Ejecutivo suizo forzará que los inversores que busquen negociar acciones de la bolsa helvética lo hagan directamente en Suiza y no mediante intermediarios europeos.