
La historia de Cellnex desde que dio su salto al parqué el 6 de mayo de 2015 ha estado ligada al crecimiento, tanto orgánico como inorgánico. Precisamente, en un periodo de sequía de operaciones corporativas, sus títulos se frenaron desde finales de 2017 hasta el arranque de este año. Sin embargo, la ampliación de capital -que alimentó la esperanza de una gran operación, algo que se confirmó este martes- le ha hecho reaccionar en bolsa, llevando sus títulos por encima de los 29 euros, duplicando por primera vez el precio de su salida a bolsa, en los 14 euros.
Ajustando su comportamiento a las ampliaciones de capital y el pago de dividendos, la rentabilidad de la compañía desde su salida a bolsa alcanza el 123%, solo cuatro años después, lo que la convierte en la firma con mejor comportamiento del Ibex 35 en el periodo.
Un acuerdo transformacional
Cuando la empresa anunció su ampliación de capital por 1.200 millones de euros, los inversores mostraron su confianza en la capacidad de la empresa para cerrar un acuerdo satisfactorio, respondiendo con fuertes compras. Ya con la operación encima de la mesa -ha adquirido 10.700 emplazamientos, 7.900 de ellos en Francia e Italia y 2.800 en Suiza-, los inversores han respondido con más compras. Sus títulos han subido un 11,5% en las dos últimas sesiones y el valor bursátil de la empresa alcanza casi los 8.700 millones de euros.
"Es un acuerdo transformacional. Ha anunciado un trato de 4.000 millones para adquirir nuevas torres en Europa. Esta operación impulso su posicionamiento en tres de sus cuatros mayores mercados y debería mejorar aún más las perspectivas de crecimiento orgánico, que siguen siendo sólidas como se vio en los resultados del primer trimestre", apuntan los analistas del equipo de Société Générale.
El pasado ejercicio, la compañía española se perdió las dos grandes operaciones -las torres de Altice en Francia y Portugal-, ya que ambas subastas acabaron en manos del capital privado, pagando múltiplos más elevados de los que se habían abonado históricamente. En este contexto, el principal temor de los analistas e inversores era que Cellnex se saltase su estricta disciplina financiera, algo que la empresa ha logrado evitar.
"Los múltiplos pagados parecen estar en línea, con los acuerdos anteriores (...). Ajustando a la anterior normativa contable, la ratio EV/ebitda [capitalización más deuda entre beneficio bruto] sería de 13,5 veces, frente a las 13 que se pagó a Bouy-gues y las 14 a Wind", inciden en el banco francés.
La entidad ha calculado que con la nueva operación a pleno rendimiento el ebitda de la compañía alcanzaría los 1.310 millones de euros, frente a los 590 millones logrados en 2018.
La deuda
Cellnex ha declarado en múltiples ocasiones que en caso de realizar operaciones corporativas la ratio deuda/ebitda de la empresa podría alcanzar las 6,5 veces, pero los expertos creen que con este acuerdo no llegará a ese nivel. Desde Bankinter calculan que esta operación llevaría esta ratio a las 5 veces.
Con todo, José Manuel Aisa, CFO de la empresa, restó importancia a esta ratio en la conferencia con analistas. "Para mí, la deuda/ebitda no es tan importante como antes. Teniendo 36.000 millones de backlog [ingresos contratados esperados], si se divide nuestra deuda entre el mismo, la métrica es mejor de lo que era antes del trato", señala Aisa.
En este encuentro con expertos, Tobías Martínez descartaba un gran acuerdo por TDF, pero sí destacaba que CTIL (filial de Vodafone y O2) sigue estando en el foco de la compañía, algo que ya había declarado antes de esta operación.