
Según los datos oficiales del Controlador del Estado de Nueva York, el año pasado el total de dinero habilitado por el sector financiero para agraciar bonificaciones a sus empleados se redujo en un 14% hasta los 27.500 millones de dólares, su nivel más bajo de los últimos cinco años. Paralelamente, la extraordinaria media de un trabajador de Wall Street se redujo un 17% hasta los 153.700 dólares, la peor desde 2015.
Aunque los datos dados a conocer esta semana no desglosan las cifras por áreas de negocio, se estima que dada la volatilidad sufrida durante el último trimestre del año pasado seguramente afectó a las áreas de renta fija y compras y fusiones. Dicho esto, los beneficios generados por la industria aumentaron un 11% el año pasado, en comparación con 2017, según el informe.
Los empleos en Wall Street aumentaron en 4.700 trabajadores hasta tocar su nivel más alto en una década. Eso sí, pese a el número de empleos han aumentado durante cuatro de los últimos cinco años, todavía se sitúan un 4% por debajo de los niveles previos a la crisis financiera.
No obstante, el dinero destinado a pagar bonificaciones a los casi 183.000 empleados de Wall Street más que triplica los salarios anuales combinados de los 640.000 trabajadores estadounidenses que trabajan a tiempo completo cobrando el salario mínimo federal, de acuerdo con los datos del Instituto de Estudios Políticos, un think tank con sede en Washington.
Desde 1985, la paga extraordinaria media de un empleado del sector financiero en Nueva York ha aumentado en un 1.000%, desde los 13.970 dólares hasta los 153.700 dólares de media registrados el año pasado. Si el salario mínimo a nivel federal hubiera aumentado a ese mismo ritmo este alcanzaría los 33,51 dólares a la hora en lugar de los 7,25 dólares actuales.
Estas pagas extraordinarias se suman al salario y otras formas de compensación que reciben los trabajadores de la industria financiera. Los consejeros delegados de los cinco principales bancos de inversión estadounidenses obtuvieron una compensación total de 24.700 millones de dólares en 2018.
El rápido aumento de las bonificaciones de Wall Street en las últimas décadas también ha contribuido a la desigualdad de género, ya que la industria financiera sigue estando dominada por una fuerza laboral mayoritariamente masculina, particularmente en los niveles más altos.
La proporción de altos ejecutivos y directivos varones oscila entre el 68% y el 80%. (JPMorgan Chase: 74%, Goldman Sachs: 78%, Bank of America Merrill Lynch: 68%, Morgan Stanley: 80% y Citigroup: 68%). Los hombres suponen el 60% de los empleados de la industria a nivel nacional y dos tercios en el caso de Nueva York. Por el contrario, solo representan el 37% de los 1,8 millones de estadounidenses que trabajan a tiempo completo o parcial cobrando el salario mínimo federal.