Bolsa, mercados y cotizaciones

La recompra de acciones alcanza un récord en la bolsa española, pero sigue a años luz de los dividendos pagados en efectivo

Es una fórmula de retribuir al accionista muy utilizada en Estados Unidos que empieza a hacerse un hueco en España. La recompra de acciones, conocida como buyback, ha ido ganando peso en la bolsa española como complemento en las políticas de retribución. Ha vuelto a marcar otro récord, aunque sigue lejos de las cifras de otros países y, sobre todo, de los dividendos en metálico.

En 2018, las cotizadas recompraron acciones, que posteriormente amortizaron, por valor de 3.520 millones de euros, el mayor importe hasta la fecha, según el estudio "Los dividendos de las cotizadas españolas marcan diferencias", elaborado por Domingo García Coto y Javier Garrido, director y subdirector del Servicio de Estudios de BME. Si bien es un récord, la cifra no acaba de despuntar (ver gráfico). Y contrasta con los 28.793 millones de euros repartidos como dividendos en efectivo el año pasado.

En Estados Unidos, por ejemplo, la cifra el año pasado alcanzó el billón de dólares, y estas recompras "ya superan a los pagos de dividendos de forma recurrente desde el año 2010", señala el estudio.

Tal y como explican los expertos de BME, la retribución al accionista se produce "a través de las ganancias de capital fruto de la revalorización de las acciones como consecuencia de las compras en el mercado y de la reducción del número de títulos en circulación". Esto último es simplemente que la participación en las ganancias futuras de la empresa y el reparto de próximos dividendos aumenta al reducirse el número de acciones.

Esta práctica es más habitual entre "compañías jóvenes y con mayor riesgo", indican, aunque "en las compañías de mayor tamaño y ya establecidas se aprecia un uso creciente de las recompras acompañado de menor recimiento de los pagos de dividendos".

En España, muchas de las cotizadas lo han utilizado para mitigar el efecto dilutivo que supone el pago en acciones (scrip dividend). Es el caso de Iberdrola, ACS o Ferrovial. Aunque también hay otras como Mediaset o IAG en las que ha sido un complemento a la entrega en efectivo.

Los dividendos del siglo

Más allá de las recompras de acciones, los dividendos en metálico han sido históricamente un reclamo en las compañías españolas. En lo que va de siglo las cotizadas han repartido un total de 421.642 millones de euros en pagos en efectivo, según recoge el estudio, y la cifra escala hasta los 445.213 millones de euros si se incluyen otras fórmulas como la devolución de aportaciones por primas de emisión y reducción de nominal. 

"Para poner en contexto estas cifras basta con decir que son importes que se sitúan entre el 60% y el 65% del valor actual de mercado de todas las cotizadas españolas presentes en bolsa en este momento", explica. 

Menos peso del 'scrip dividend'

Pero si se habla de dividendos en la bolsa española, también hay que hacerlo del scrip dividend. El pago en acciones, a través de ampliaciones de capital, supuso la tabla de salvación para muchas empresas durante los años más desgarradores de la crisis, ya que pudieron conservar sus entregas sin que se produjera una fuerte salida de dinero.

Para hacerse una idea, "entre 2009 y 2018 se ha retribuido en acciones por un valor de 61.629 millones de euros, un 21,2% del valor total de los dividendos". Aunque en 2013 llegó a alcanzar el 41% del total, según datos de BME.

Son muchas las empresas que han dejado de emplear esta práctica, entre ellas Telefónica, con la llegada de Álvarez-Pallete a la presidencia. También la banca, aunque el Santander sorprendió en febrero al admitir que puede volver a plantearse el uso del scrip con el que tanto ha diluido a sus accionistas. Otras empresas como Iberdrola, Ferrovial, ACS o Repsol la siguen utilizando, aunque mitigan las ampliaciones de capital como amortizaciones de títulos posteriormente.

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