
Los barriles de referencia en Estados Unidos y en Europa no cotizan al mismo precio: en los últimos años el 'Brent' europeo ha sido más caro que el 'West Texas' estadounidense, mientras el gigante norteamericano aumentaba sustancialmente su producción, pero reservaba todo ese petróleo para su consumo interno. Ahora que Estados Unidos está vendiendo el crudo fuera de sus fronteras, los expertos esperan que la diferencia de precio se estreche hasta unificarse.
A principios de 2016, cuando el petróleo, tanto el europeo como el estadounidense, marcaban un nuevo precio mínimo de más de una década por debajo de los 30 dólares, fue el último momento en el que el barril americano se compraba más caro que el europeo. Este adelantamiento del West Texas al Brent fue puntual: desde 2011 el barril europeo había sido más caro que el estadounidense en todo momento.
En el país americano había sobrado petróleo durante los últimos años debido al fuerte aumento de producción derivado del fracking, un incremento de oferta que no se había equilibrado con la demanda, al tratarse de un crudo que no se podía vender fuera de las fronteras estadounidenses (desde 1975 se mantenía en vigor una ley que prohibía esta práctica casi en su totalidad, para asegurar suministro a los ciudadanos estadounidenses).
Sin embargo, una de las últimas medidas de Barack Obama como presidente de Estados Unidos fue la de levantar esta prohibición, a finales de 2015, permitiendo que las petroleras estadounidenses volviesen a colocar su producto fuera del país. A medida que este proceso sigue su curso, los expertos creen que el diferencial, ahora en el entorno de los 10 dólares entre los dos barriles (el West Texas cotiza en 56,7 dólares y el Brent en 66,6 dólares) debería ir estrechándose hasta desaparecer.
El necesario aumento de las exportaciones
"Estados Unidos sigue expandiendo su oferta. El país produce una gran cantidad de petróleo, y el resto del mundo no está siendo tan capaz", explica Nitesh Shah, director de análisis de WisdomTree, lo que explica "el diferencial actual de 10 dólares entre el barril americano y el Brent", destaca el experto.
Shah es una de las voces que avisa de que esta diferencia de precios va a ir reduciéndose con el paso del tiempo, a medida que Estados Unidos, que ya es el mayor productor del mundo del recurso energético, por encima de Arabia Saudí y de Rusia, coloca este crudo en el mercado internacional. Pero avisa de que "Estados Unidos necesita más infraestructura para aumentar las exportaciones" y cuando estas últimas se incrementen, "esto unificará los precios de los dos barriles", explica el experto, quien señala que el estrechamiento entre los dos precios podría "empezar a producirse en el cuarto trimestre de este año, o en el inicio de 2020".
Según Shah, el aumento de las exportaciones "generará una caída del Brent y una subida del West Texas", y cree que los dos barriles podrían cruzarse "en el entorno de los 60 dólares". Para que se produzca el acelerón en las exportaciones, eso sí, el experto considera necesarias "más infraestructuras. Se deben construir conductos para poder evitar que el petróleo se tenga que traspasar a un barco pequeño, y de ese barco al gran petrolero", explica el experto, quien señala la baja eficiencia de la forma en la que se está haciendo el proceso en este momento.
Javier Santacruz, jefe de investigación de Civismo, coincide con Shah: "Es acertado pensar que los dos precios van a tender a la convergencia. Cuando tienes la integración de un mercado con otro, los precios tienden a converger. En el momento en el que abres el grifo del comercio exterior estos van a tender a igualarse", destaca.
Eso sí, Santacruz considera prematuro aventurarse con un precio concreto en el que los barriles se cruzarían: "Es algo que depende mucho de cual sea el ritmo de exportaciones de Estados Unidos. Le irá arrebatando protagonismo a antiguos productores. Hay una evidencia de que esto se va produciendo poco a poco", pero la cantidad de factores que intervienen en la ecuación dificultan lanzar una previsión sobre el momento en el que se cruzarán.
Estados Unidos invierte más que nadie en producción
El país estadounidense ha aumentado sus exportaciones durante los últimos años hasta superar los 3 millones de barriles diarios (ver gráfico), gracias al incremento en la producción que ha conseguido con el fracking y al levantamiento de la prohibición de exportar. Sin embargo, de cara al futuro y a poder seguir aumentando las exportaciones de crudo por encima de las de otros productores, es necesario que siga invirtiendo en la producción del recurso energético.
En este sentido el país parece tener los deberes hechos. Según explican desde WisdomTree, basándose en datos de la Agencia Internacional de la Energía hasta el pasado 5 de diciembre, el shale estadounidense ha incrementado la inversión en 2018 casi un 20%, muy por encima del 5 por ciento de Europa y Oriente Medio, mientras otras regiones, como Latinoamérica, Rusia o África, han sufrido un deterioro que alcanzó el 5 por ciento en esta última región.
Además, el último informe anual del petróleo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señala que Estados Unidos "liderará el incremento de oferta en los próximos 5 años, gracias a la fuerza de su industria del shale", explica, destacando cómo para 2023 "las exportaciones estadounidenses superarán las de Rusia y se acercarán a las de Arabia Saudí". La inversión en la industria será la clave: "Estados Unidos supondrá el 70 por ciento del aumento en la capacidad global de producción en 2024", desde 2018, explica la AIE.