
Después de haber recuperado el dividendo en 2017 tras tres años suspendido, ArcelorMittal ya está en la senda de aumentar el pago a sus accionistas de manera sostenida. El mercado espera que la compañía multiplique por cuatro los 0,9 euros por acción que repartió en 2018, hasta alcanzar los 0,36 euros en 2021. De momento, la firma ya ha anunciado que propondrá a la Junta de Accionistas un dividendo de 0,17 euros con cargo a los resultados de este ejercicio y que se distribuirá el próximo 12 de junio, según la previsión que maneja Bloomberg.
"Hemos doblado el dividendo, de 10 a 20 céntimos de dólar por acción, y aunque todavía es bajo desde un punto de vista histórico para la compañía, es un nuevo paso en la dirección correcta. Progresivamente, incrementaremos los dividendos. Cuando bajemos la deuda de 6.000 millones de dólares (5.340 millones de euros), esperamos aumentar el dividendo acorde con la evolución del negocio", asegura Daniel Fairclough, vicepresidente del departamento financiero y responsable de Relación con Inversores de ArcelorMittal, en una entrevista para elEconomista.

La mayor acerera del mundo sigue comprometida con la reducción del endeudamiento como condición sine qua non para volver a aumentar la retribución al accionista. El consenso de mercado estima que su deuda neta se situará en el objetivo que se ha marcado la firma en 2020, cuando cerrará sobre los 5.340 millones de euros.
Entonces, el endeudamiento caerá por debajo de una vez el ebitda de la firma por primera ocasión desde la fusión entre Arcelor y Mittal que se produjo en el año 2006.
Sin embargo, el grupo es consciente de que el recorrido hacia cumplir con su plan estratégico 2016-2020 encontró ciertos imprevistos el año pasado, en forma de adquisiciones que situaron "el capital invertido en 4.400 millones de dólares, por encima de lo esperado". Ese dinero fue a parar a Ilva, en Italia, un proceso que arrancó en 2014 y que recibió el año pasado la autorización de las autoridades de Competencia europeas; a México; a Brasil, donde están centrados en dos proyectos, Votorantim y Vega; también a México; y a la última gran expansión de la firma en India a través de Essar Steel, un proceso de compra que todavía no ha finalizado.
Aun con toda la inversión que la compañía deberá hacer frente este ejercicio, Fairclough asegura que "no ve motivos para cumplir con los objetivos del plan estratégico en 2020". El más ambicioso de todos ellos es añadir 3.000 millones de dólares al ebitda del grupo. A cierre de 2018, ya habían logrado 1.600 millones de euros, cifra que se sitúa por debajo de las previsiones que se manejaban hace un año.
Un 2019 de menor demanda
ArcelorMittal acumula pérdidas en bolsa del 27% a lo largo del último año, frente al sectorial de recursos básicos europeo que se mantiene plano. "El mercado está asumiento que nuestro negocio responde más al ciclo que por motivos estructurales y debemos demostrarles que es lo contrario", apunta Fairclough. La acción ha perdido, de hecho, un 37% desde los máximos que marcó en enero del año pasado, en 30,6 euros. Este jueves cerró en 19,35, aunque rebota un 11% desde los mínimos del año.
Ante el temor que existe a una ralentización económica a nivel mundial, Fairclough insiste en que "la demanda de acero crecerá entre el 2% y el 3%" este año, sin incluir China, donde caerá hasta un 1,5% frente al crecimiento del 3,5% de 2018. Y es un dato clave considerando que Pekín produce la mitad de todo el acero que se consume en el mundo. "La industria china mermará su demanda ante la caída de las exportaciones, a pesar de que la de la construcción sigue creciendo, esto es lo que hace de nuestra estimación la más conservadora", concluye Fairclough.