
Cuando Mediaset salió a bolsa el 24 de junio de 2004, en España solo había cinco cadenas de televisión (TVE-1, La 2, Antena 3, Canal + y Telecinco), Movistar ofrecía contenido audiovisual a través de la plataforma Imagenio y Netflix ni emitía en streaming ni había cruzado el charco. Con aquel toque de campana de Alejandro Echevarría, Giuseppe Tringali y Paolo Vasile, en el que el grupo de medios debutaba a 10,15 euros por acción, Mediaset España firmaba el mejor estreno bursátil del sector, tras revalorizarse un 35% en aquella sesión. Un éxito que le llevaría, solo seis meses después, al Ibex 35.
Y es que en aquellos tiempos de bonanza la tarta publicitaria se repartía entre unos pocos y las opas de Rupert Murdoch sobre The Wall Street Journal y de Thomson sobre Reuters atrajeron la atención de los inversores hacia los medios de comunicación.
Pero la llegada de Internet y de las plataformas digitales ha cambiado radicalmente la forma de ver la televisión y consumir información, y estos cambios en los hábitos de consumo se han visto reflejados en el mercado de la publicidad, que se está concentrando en gigantes como Google y Facebook mientras la televisión tradicional pierde peso.
Más comensales y menos 'tarta'
A más comensales, menos cuota de publicidad que repartir y peores perspectivas que, inevitablemente, se están trasladando al parqué, como demuestra que la cotización de Mediaset se mueva actualmente en el entorno de los 6,24 euros, es decir, un 38,5% por debajo del precio de la OPV (oferta pública de venta), y a un 68% de los máximos históricos que alcanzó en abril de 2007. No obstante, se recupera un 16% desde los mínimos históricos.
El negocio de Mediaset cuenta con la peculiaridad, por otro lado, de que sigue muy centrado en la publicidad en televisión, que representa el 94% de sus ingresos. "Las expectativas publicitarias están revisándose a la baja y, al depender tanto de ese medio en concreto, el impacto en la cuenta de resultados es fuerte" comenta Ana Gómez, de Renta 4.
En los últimos meses, no han sido pocos los bancos de inversión que han alertado sobre los problemas estructurales que sufre esta industria y que han tomado la decisión de rebajar las valoraciones de estas compañías en bolsa. Pese a que en 2019 avanza alrededor de un 14 por ciento al calor de los rumores de una posible opa sobre su matriz italiana, controlada por el magnate Silvio Berlusconi, Mediaset España cotiza barata.
Sus títulos se negocian con un PER (número de veces que el beneficio está recogido en el precio) de 10,6 veces de cara a los próximos 12 meses, lo que representa un descuento del 45% respecto a su media de los últimos 10 años (de unas 19 veces). Frente a sus comparables arroja una rebaja del 8,5%.
Recorte del dividendo
A finales del pasado mes de enero, Mediaset anunciaba que propondrá a la junta de accionistas un recorte de su payout (porcentaje del beneficio destinado a pagar dividendos) desde el cien por cien al que tenía acostumbrados a sus inversores hasta el 50%. La medida irá acompañada de una recompra de acciones por 200 millones de euros, que amortizará después. De este modo, Mediaset aprovecha para adquirir títulos propios en un momento en el que éstos cotizan con descuento.
¿El efecto inmediato de esta decisión? Que el grupo deja de ser líder del dividendo del Ibex 35, al pasar la rentabilidad de su retribución con cargo a 2018 del 8,5%-superior al del resto de cotizadas del índice- al 4,8%. Si reparte la mitad del beneficio que los analistas le calculan para 2018 (195 millones de euros), entregará 0,298 euros por acción, que arrojan ese 4,8% en el nivel actual de cotización.
Sin embargo, para el accionista de Mediaset, este recorte en el pago en metálico se verá compensado por la recompra de acciones, que puede alcanzar el 9,9% del capital, ya que al amortizarlas después incrementarán la porción del capital en manos de cada inversor. "Por lo tanto, a la rentabilidad por dividendo hay que sumarle ese cerca de 10% adicional", explica Ana Gómez, de Renta 4; y, de este modo, el rendimiento total con cargo a 2018 se aproximaría al 15%. Es probable, agrega, que ese recorte del payout hasta el 50% haya venido para quedarse, aunque desde la compañía señalan que "la propuesta de distribución de dividendo se elabora cada año y no sienta precedente para los posteriores".
Mediaset suele retribuir a sus accionistas de una sola vez, habitualmente en primavera; los analistas esperan su próximo dividendo para finales de abril, según recoge Bloomberg. En los dos últimos años ha repartido, el mismo día que el pago ordinario, un extraordinario al que, en esta ocasión, y dado el cambio en su política retributiva, no ha hecho alusión alguna. La recompra la efectuará recurriendo a su caja: Mediaset es una de las pocas compañías del Ibex 35 que tienen tesorería neta. El consenso de mercado que recoge FactSet estima que cerrará 2019 con 108 millones de euros de caja neta, lo que representa cerca de un 5% de su capitalización actual.
Lejos quedan los años 2006 y 2007, en los que Mediaset superaba los 300 millones de euros de beneficio neto. Los 195 millones que el consenso de mercado que recoge FactSet calcula para este año empeoran en un 1,3% la cifra de 2017, y el dato seguirá cayendo: cederá un 4,9% este año, hasta 185 millones, y un 1,4% adicional en 2020, hasta los 183, siempre según las estimaciones. Pronto se sabrá si los números de Mediaset sorprenden para bien o para mal: su próxima cita con el mercado tendrá lugar el 27 de febrero, cuando publicará sus cuentas de 2018.
Perspectivas poco halagüeñas
Pero las perspectivas no ayudan al valor. En un informe del pasado 21 de enero, Citi -que da un comprar a los títulos de Mediaset- alertaba: "No esperamos que la publicidad televisiva crezca. De hecho, asumimos que el mercado de anuncios de televisión disminuirá un 2%, según nuestra estimación para 2019", algo que, en opinión de la entidad, ya está recogido en los precios.
En el lado positivo, los expertos del banco estadounidense consideraban "que el entorno macroeconómico español es más favorable que otros mercados en Europa y, a pesar de las presiones estructurales, creemos que una reducción del inventario en el mercado de anuncios televisivos debería ayudar a que los precios ofrezcan una compensación parcial a la disminución de audiencia en el corto plazo". Esto, señalaban, "debería limitar el riesgo a la baja durante los próximos 12 meses".
"Está por ver hacia dónde evolucionará el mundo televisivo en los próximos años", reflexiona Gómez, de Renta 4, quien añade que la baza a la que ha recurrido Mediaset para explicar su predilección por dicho medio es su capacidad para aglutinar a una audiencia abundante y variada; "Aunque es cierto que ese público ya está utilizando otros medios, como Netflix o Movistar", comenta.
La incertidumbre sobre la industria también está pesando sobre su valoración. Pese al castigo bursátil que sufrió durante el pasado ejercicio Mediaset -su peor ejercicio en bolsa desde 2008-, sus títulos cuentan con un potencial del 8%, hasta los 6,62 euros. Una de las firmas más críticas con el sector ha sido Bank of America Merrill Lynch, que a mediados de enero propinó un nuevo estacazo al sector tras rebajar la recomendación para Atresmedia y Mediaset hasta vender.
Según recogió Bloomberg, los analistas de la entidad norteamericana defienden que "las televisiones italianas y españolas no tienen diversificación que les proteja ante un ciclo que se está moderando".
Para el consenso que recoge FactSet la firma es un mantener, en línea con sus rivales Atresmedia y la francesa TF1. La matriz italiana de Mediaset carga con un consejo de venta, mientras que Netflix, Facebook y la matriz de Google, son compra.