AIRBUS
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El mercado tiende a leer las noticias empresariales en sentido contrario a como lo hacen los agentes sociales. Si los telediarios lamentaron el pasado jueves la decisión de Airbus de cancelar la producción del avión más grande del mundo, el modelo A380 -con capacidad para más de 500 pasajeros- en 2021, por los más de 3.000 empleos que están en peligro, la cotización de las acciones del conglomerado europeo, que se negocian en París y también en la Bolsa de Madrid, cogieron altura sin complejos -llegaron a subir un 6,4% esa misma sesión-, demostrando haber perdido el lastre que suponía este símbolo de la industria aeroespacial -el superjumbo- por la falta de pedidos. La reacción en el parqué evidenció la fractura entre el mundo financiero y la realidad económica de las familias, pero no respondió solo al epílogo del A380 (ni mucho menos), sino que más tuvieron que ver las exultantes expectativas confirmadas por la compañía, junto a la publicación de unas sorprendentes cuentas anuales.
Las acciones de Airbus se revalorizaron más de un 10% durante la última semana, cerrando las cinco sesiones en positivo, su mejor racha desde finales de abril del año pasado. Solo en las dos últimas jornadas, desde que presentó los resultados de 2018 antes de la apertura del mercado del jueves 14 de febrero, su precio sube cerca de un 7%, hasta rozar los máximos históricos que conquistó a finales del último verano.
Desde que empezó 2019, las ganancias son del 32,5%, ya que el arranque del ejercicio coincidió con el hundimiento de sus títulos en mínimos que no visitaban desde 2017, en la zona de los 80 euros, ante el pesimismo que aquellos días cundía en los mercados por el riesgo a que la guerra arancelaria acelerará la caída de la economía global en una recesión, con lo que eso significa para las compañías cíclicas.
Ciertamente, tanto derroche en bolsa responde, por un lado, al impacto que a nivel general han tenido la reactivación de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China y la flexibilidad mostrada por los principales bancos centrales ante las señales inequívocas de desaceleración del crecimiento, y, más particularmente, al renovado optimismo que envuelve al grupo aeroespacial, sobre todo tras la presentación de las cuentas, que han demostrado el lugar privilegiado que ocupa como pareja de la norteamericana Boeing en el duopolio mundial de la fabricación de aeronaves.
En los resultados de 2018 de Airbus y en los objetivos que el mismo día de su publicación la empresa europea se marcó de cara a 2019 y a los próximos ejercicios, el mercado encontró razones de peso para renovar la confianza en que el recorrido de la compañía en el parqué no está agotado, a pesar de que sus acciones han duplicado su valor en los últimos cinco años.

El respaldo del consenso de analistas que sigue su cotización tras conocer sus resultados se refleja, principalmente, en la reiteración de la clara recomendación de compra que emite sobre sus títulos, lo que ha propiciado que tanto el Top 10 por fundamentales, la herramienta de inversión de Ecotrader para el mercado español, como elMonitor, la cartera internacional del portal de estrategias de inversión, tengan abiertas sendas operativas sobre ellos y, también, que sean una de las posiciones del Tressis Cartera Eco30, el fondo de inversión que replica la cesta de valores del mismo nombre de elEconomista.
La confianza también es palpable en el precio objetivo en el que los expertos valoran, de media, las acciones de Airbus, ya que se eleva hasta los 125 euros, lo que se traduce en un potencial alcista adicional de casi el 15%, después de que se lo hayan incrementado un 3,5% desde que presentará los resultados del pasado ejercicio. Entre las firmas de inversión más optimistas se encuentra pesos pesados como Goldman Sachs, que eleva su precio objetivo a 148 euros, o Société Générale, que lo hace hasta 140 euros.
Ambiciosos objetivos
Los resultados de 2018 fueron "muy fuertes", como los califica el equipo de analistas de Citi, "tras cumplir con el objetivo de 800 entregas para el año", según continúa, pese a la nueva provisión por el programa del avión de transporte militar A400M, que se ensambla en Sevilla, en esta ocasión por 436 millones de euros. Airbus alcanzó un ebit ajustado (beneficio operativo) de 5.834 millones de euros, un 14% por encima de lo que estimaba el consenso de mercado.
"Las cuentas fueron mejores de lo esperado por la división de aviación comercial -representa un 74% de las ganancias totales- que creció un 56% en el cuarto trimestre por la mayor aportación del modelo A350 y por el crecimiento demanda del A320 -el superventas del grupo aeroespacial-", explica Álvaro del Pozo, analista de Banco Sabadell, quien destaca que el margen de este segmento de negocio "se situó en el 13,3% en el periodo", casi 4 puntos mejor que en el cuarto trimestre de 2017.
Citi justifica estas cifras en "la transición más rápida hacia las nuevas y más rentables versiones de las familias A320 y A330", que representan el 80% y el 4%, respectivamente, de los pedidos de la división comercial, que según detalló la propia compañía ascienden 7.577 unidades en total. La firma de inversión estadounidense también hace hincapié "en la mejora del A350", que supone el 9% de la demanda.
Sin embargo, si estos resultados podrían explicar por sí solos la positiva reacción del mercado, los ambiciosos objetivos que se marcó el grupo para 2019 y los anuncios que hizo sobre algunos de sus tareas pendientes dieron un plus de sentido a la confianza mostrada por inversores y analistas.
En primer lugar, Airbus sorprendió con la meta de beneficio operativo, que elevó hasta los 6.709 millones del euros, al adelantar un incremento del 15%. Esta guía batió en un 7% la previsión del consenso de mercado anterior a la publicación de las cuentas. Una estimación que, aunque se ha ajustado un 3% en los dos últimas días -casi 300 millones, hasta los 6.517-, sigue otro 3 por ciento por debajo del objetivo.

También sorprendió la guía de flujo de caja, que llevó hasta los 4.000 millones de euros, "muy por delante de nuestras previsiones", admiten los expertos de Citi. "Es especialmente positivo la aceleración del free cash flow", incide Álvaro del Pozo, de Banco Sabadell, que en el informe que escribió inmediatamente después de la presentación de estas perspectivas ya advertía de que darían pie "a revisiones al alza por nuestra parte y del consenso, lo que seguirá impulsando al valor".
Incertidumbres
Del mismo modo, se recibió muy positivamente la meta de 880/890 entregas de aeronaves, con un ritmo -y aquí llegó uno de las expectativas más cuestionadas por parte de las firmas de inversión- de 60 entregas al mes del A320, "su avión más rentable", según insiste George Ferguson, experto del servicio de análisis de Bloomberg. Este modelo, calificado como el bestseller del Airbus, alcanzará una producción de 63 unidades al mes en 2021, según las mismas perspectivas. "Queremos pensar que conseguirá un aumento a 70 aeronaves en 2022, porque el objetivo de 63 fue el ritmo acordado con los proveedores en 2015, por lo que no representa ningún incremento", alertan desde Citi. Una de las mayores preocupaciones del mercado durante estos dos últimos años ha sido, precisamente, "la volatilidad en las entregas", puntualizan desde Banco Sabadell.
Otro factor crucial es el margen operativo esperado para el conjunto de aeronaves comerciales, ya que de superar el 10 por ciento este ejercicio marcarían un "hito que no ocurre desde 2006", según apunta el equipo de analistas de JP Morgan. Las estimaciones del consenso apuntan a ello, puesto que ve en 2020 el margen del grupo al completo rozando el 11%.
El fin de la producción del A380 ayudará a mejorar esta ratio, y también la debilidad del euro, al ser Airbus una empresa exportadora. De hecho, "un fortalecimiento de la moneda común" es el primer riesgo del que advierte Citi, dado que la compañía consigue menos de un 30% de su cifra de negocio en el Viejo Continente. El grupo con sede en Toulouse (Francia) también estará pendiente de la evolución del precio del petróleo -se encuentra en máximo de noviembre-, puesto que una estabilización en niveles bajos desincentiva la sustitución de aeronaves antiguas por modelos más eficientes por parte de las aerolíneas.
Otro foco de incertidumbre tiene que ver con la demanda de dos mercados claves: Asia, que representa casi un 37% de sus ingresos totales, y Oriente Medio, que supone un 10 por ciento de las ventas. "El anuncio del fin del programa A380 se venía rumoreando por la ruptura de las negociaciones con Emirates", recuerda Álvaro del Pozo. Por otra parte, George Ferguson, de Bloomberg, avisa de que "China ha contribuido significativamente al crecimiento del tráfico aéreo por encima de la tendencia y una desaceleración de su economía tendrá un gran efecto negativo en la demanda de aeronaves".
¿Una compañía de dividendo?
Hasta ahora, Airbus nunca se había comprado en busca de su dividendo, como puede ocurrir con otras compañías industriales, sin embargo, el anuncio de que va a incrementar en un 10% su remuneración al accionista a cargo de los beneficios de 2018 deja abierta la puerta a que en el futuro el mercado vea al grupo europeo como una buena generadora de dividendos constantes y crecientes.
Desde que la compañía retomó su política de retribución al accionista, el crecimiento del dividendo está garantizado. De hecho, los bancos de inversión prevén que siga ascendiendo hasta alcanzar los 2 euros en 2019, que llegarían a un rendimiento del 1,8% para quien compre ahora. Este año, los que tengan las acciones a cierre del viernes 12 de abril tendrán derecho a recibir el día 17 del mismo mes la cuantía de 1,65 euros por acción, frente a los 1,50 euros que se pagaron el ejercicio pasado. Esta entrega ofrece una rentabilidad a precios actuales del 1,5%.