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El inversor de EEUU da a la espalda a Europa

  • Algunas firmas americanas sí ven atractivo en los dividendos europeos
Foto: Getty.
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La fatiga que acosa en estos momentos a la economía global ha agitado aún más las trabas que tradicionalmente acompañan a los mercados europeos. Algunas amenazas a corto plazo mantienen alejados de Europa a los inversores estadounidenses, quienes en muchos casos consideran que no está suficientemente barata para los riesgos que se asumen.

A medida que algunos de los tormentos que han sacudido muchas mesas de inversión, como las tensiones comerciales entre EEUU y China, el propio debilitamiento del gigante asiático o las intenciones de la Reserva Federal para el año en curso, comienzan a disiparse, al menos a corto plazo, los inversores extranjeros acuden a las taras estructurales y políticas de la eurozona para justificar su poco apetito por los activos del Viejo Continente.

"Las amenazas a medio plazo para la unidad europea, el crecimiento todavía anémico de su economía y su dependencia del comercio nos hacen ser cautelosos con los activos de riesgo europeos", reconoce Richard Turnill, estratega jefe de inversión global del BlackRock Investment Institute.

Desde la entidad no proyectan un brote de riesgo inmediato, pero consideran que se subestiman las amenazas en el horizonte. Precisamente, la fragmentación política sigue siendo una de ellas y en el pasado ésta ha generado grandes pérdidas, por ejemplo en la bolsa italiana o en valores relacionados con el sector financiero europeo. No olvidemos que esta misma semana la posible fusión entre Deutsche Bank y Commerzbank volvía de nuevo a la palestra.

En el menú de los inversores extranjeros, la situación política en Italia, oficialmente en recesión, las protestas en Francia, la próxima marcha de la canciller alemana, Angela Merkel, en un momento en que la principal economía de la eurozona se desinfla o las elecciones parlamentarias europeas suponen un atracón suficiente para someterse a una hambruna voluntaria de activos europeos. Tampoco podemos pasar por alto la posibilidad de un abrupto divorcio sin acuerdo con Reino Unido el próximo 29 de marzo.

"En Europa, las últimas temporadas de resultados, en el mejor de los casos, han sido mediocres y las valoraciones no son lo suficientemente baratas como para ser convincentes", explica John Bilton, jefe de estrategia global en JP Morgan Asset Management. "Seguimos favoreciendo la renta variable estadounidense y nos mantenemos escépticos con la europea", recomiendan, apuntando a que la capacidad de recuperación de beneficios a este lado del Atlántico es muy superior y brindará apoyo al S&P 500 a lo largo de este año.

No todos comparten esta opinión. Para los estrategas de Russell Investments, las valoraciones europeas son neutrales en términos históricos pero atractivas para un inversor estadounidense. Por su parte, los estrategas de Morgan Stanley recuerdan que Europa tiene uno de los niveles más altos de rendimiento de dividendos, con un 3,5%, y consideran que la demanda mundial de coches y maquinaria alemana, productos de lujo franceses, moda italiana, productos farmacéuticos suizos y servicios financieros británicos sigue siendo relativamente sólida, encomiando así a sus clientes a ignorar los titulares procedentes del "patito feo".

No obstante, Emmanuel Cau, estratega de Barclays, indicó en un informe reciente que "los valores europeos seguirán siendo rehenes de confusión política". Precisamente, justificó este hecho asegurando que muchos de sus clientes no ven ya el mercado europeo como una plaza de inversión. "Nadie parece estar posicionado para recibir buenas noticias de Europa", recalcó.

Qué se espera en Europa

Aun así, el consenso estima un crecimiento de los beneficios por acción del Stoxx 600 este año que podría alcanzar el 9,6% sobre unas ventas que avanzarán un 3,4%. Dicho esto, desde Goldman Sachs reducen el avance del beneficio por acción (bpa) al 4%, que sigue siendo, eso sí, más apetitoso que el 1% que se espera para el MSCI Asia Pacific, que excluye a Japón, o el 3% que proyecta para el TOPIX nipón. Pero, en términos de rentabilidad acumulada a lo largo del año por algunos indicadores bursátiles, la renta variable europea se sitúa a la cola, con en torno a un 5%, frente al 6% previsto para Japón o el 14% para el S&P 500.

Curiosamente, donde los estrategas de Goldman observan oportunidades es en grupo de 50 compañías estadounidenses dentro del Russell 1000, como Invesco o Axis Capital, con una amplia exposición al mercado europeo y al menos un 25% de sus ingresos procedentes del Viejo Continente. El banco espera que este grupo de valores registre un crecimiento medio en su beneficio por acción del 8%, un incremento en sus ventas del 4% y ofrezca un rendimiento del 1,1% con su dividendo.

En lo que se refiere a la renta fija, el endurecimiento financiero ya aplicado por la Reserva Federal hasta la fecha hace que los bonos estadounidenses sean, en general, más atractivos que los europeos. Pese a ello, Turnill observa en un análisis oportunidades específicas en deuda corporativa europea con un rating de BBB mientras afirma que su equipo recuperará cierto optimismo en lo que al crédito europeo se refiere hasta que mejoren las perspectivas de crecimiento de la eurozona o se presenten soluciones potenciales a los problemas políticos, incluido también el Brexit.

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