
La empresa que dirige Elon Musk se enfrenta a finales de febrero a a vencimientos de unos bonos convertibles emitidos en 2014 por valor de casi 1.000 millones de dólares. Si la empresa cotiza a finales de mes en 360 dólares, podrá pagar parte con acciones. Si no, tendrá que acometer todo el pago con su caja.
Invertir en Tesla es un negocio de riesgo. Quien ha tenido acciones de la automovilística estadounidense durante los últimos años sabe hasta qué punto son volátiles estos títulos, que, sólo en 2018, en varias ocasiones han pasado de moverse en los 250 dólares a superar los 380 en cuestión de pocos meses. Ahora, un nuevo reto puede poner a prueba los nervios de los inversores: la compañía se enfrenta al vencimiento, el 1 de marzo, de unos bonos convertibles por valor de 920 millones de dólares, un pago del cual podría asumir parte con acciones propias. Eso sí, esto está condicionado a que la empresa cotice en 360 dólares para entonces, o tendrá que repagar toda la deuda con caja.
Tesla emitió estos bonos convertibles en el año 2014. Los 920 millones de dólares, mas 1,15 millones en intereses, según destaca Bloomberg, es el pago de deuda más elevado al que se ha enfrentado nunca la compañía, que ahora trata de acelerar la producción de sus "Modelo 3", intentando que el coste sea inferior a los 35.000 dólares a los que se vende cada vehículo (el último comunicado que ha lanzado la empresa explica que el coste de producción de este modelo todavía es de 44.000 dólares).
Las condiciones del pago de esta deuda establecen que, para que parte ella se pueda pagar con acciones, y no tenga que echar mano de la caja para devolver los casi 1.000 millones de dólares, la empresa debe cotizar en el entorno de los 360 dólares a finales de febrero, según los cálculos de Bloomberg. Esto hace necesaria una subida de más del 22% desde los 294 dólares en los que se mueve la empresa en la actualidad.
Fuentes de la agencia destacan cómo, según sus previsiones, teniendo en cuenta las cifras de entregas de automóviles por parte de la compañía, Tesla podría cerrar el ejercicio 2018 con una caja que se situaría entre 3.500 y 4.000 millones de dólares, por lo que podría afrontar el pago en su totalidad, si no consigue llegar al precio establecido para pagar con acciones. Según Bloomberg, Elon Musk, consejero delegado de la compañía, ha confirmado que no pretende refinanciar esta deuda, si no pagarla.
Este miércoles, al cierre de la bolsa estadounidense, Tesla presentará sus resultados para el último trimestre de 2018, un evento que podría ser clave para que la empresa logre, o falle, en su carrera contrarreloj hacia los 360 dólares.
Arabia Saudí 'se cubre' en Tesla
El arranque de la última semana de enero no ha sido nada positivo para la compañía: desde el lunes, las acciones de Tesla caen un 0,60%, después de publicar Financial Times que Arabia Saudí, a través de su fondo soberano PIF (Public Investment Fund), cubrió a mediados de enero casi toda su posición del 4,9% en Tesla con la ayuda de JP Morgan. Tras publicarse la noticia, los títulos de Tesla llegaron a caer el lunes casi un 2% en bolsa, pero posteriormente se recuperaron.
Musk destacó al diario que no ha tenido comunicación algunas con el fondo soberano saudí "desde hace meses", señalando que incluso "pensaba que probablemente habían vendido sus acciones".