
La compañía norteamericana trabaja, principalmente, en la conocida como Cuenca Pérmica, una región situada entre Texas y Nuevo México, y que constituye el mayor campo de petróleo de Estados Unidos
Fundada hace apenas nueve años, esta compañía centrada en adquirir, desarrollar y explotar reservas de gas natural y petróleo no convencional (el conocido como fracking), se ha convertido en una de las opciones favoritas dentro del sector. De hecho, es una de las nuevas incorporaciones del índice de bolsa mundial Eco30 elaborado por elEconomista y que recoge las mejores 30 ideas internacionales por fundamentales.
Con un 85% de los expertos aconsejando comprar sus títulos y ninguno solamente optando por vender, uno de sus principales atractivos es su zona de actuación. Y es que la estadounidense trabaja sobre todo en la conocida como Cuenca Pérmica, región situada entre Texas y Nuevo México, y que constituye el mayor campo de crudo de EEUU.
La EIA (Administración de Información Energética de EEUU) espera que la producción de esta región alcance los casi 4 millones de barriles al día en 2019. Una de las particularidades de esa cuenca es que los pozos que se están abriendo, más de 3.700 según Bloomberg, se vuelven a cerrar tras la perforación, manteniéndose en condiciones óptimas hasta el momento de su extracción, por lo que se pueden sacar grandes cantidades en poco tiempo.
"Vemos oportunidades a más largo plazo en las empresas de servicios de campos petrolíferos, ya que se necesita esquisto de Estados Unidos para ayudar a satisfacer la demanda mundial en la década de 2020", explican desde BlackRock.
En este contexto, las previsiones apuntan a que en el recién pasado 2018 su beneficio supere los 450 millones de dólares, es decir, experimentaría un crecimiento del 320%. Ya de cara al presente ejercicio, la mejora sería mucho más discreta. Concretamente, del 8%, hasta rozar los 500 millones de dólares. La compañía anunció a finales del año pasado unas perspectivas preliminares para 2019 en las que explicaba que espera que su producción diaria de petróleo se sitúe entre los 80.000 y los 85.000 barriles diarios, lo que implicaría un crecimiento del 20%.
Como muchas empresas petroleras, el grupo vivió un 2018 para olvidar, con una caída en bolsa superior al 40%. No obstante, los analistas siguen confiando en la firma y esperan que, de cara a los próximos doce meses, su precio escale más de un 100 por cien, hasta situarse en los 32,4 dólares. Eso sí, si consigue llegar a este nivel, aún estaría a un 18% del máximo histórico, que marcó en 2016 en los 38,27 dólares.
El sector preferido
El sector petrolero es una de las opciones favoritas de los expertos, ya que entre las 50 mayores compañías por capitalización (excluyendo países emergentes), el 68% cuenta con una recomendación de compra. Según la Agencia Internacional de la Energía, en 2030 el crudo seguirá siendo la principal fuente de energía a nivel mundial y su consumo aumentará hasta los 106,3 millones de barriles diarios en 2040 (en el tercer trimestre de 2018 fue de 99,6 millones).