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Cuándo hay que dejarse llevar por las ofertas y traspasar el plan de pensiones

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Los planes de pensiones son los productos financieros a los que menos atención prestan los ahorradores respecto a la rentabilidad que reciben, razón que explica el bajo porcentaje histórico de traspasos realizados. Pero hay otros factores que se deberían de tener en cuenta a la hora de plantearse el cambio de un plan de pensiones por otro, para no dejarse llevar por las ofertas comerciales

Los ahorradores suelen prestar poca atención a los planes de pensiones. A pesar de que son productos financieros diseñados específicamente para el largo plazo, de cara a la jubilación, factores como reducir el pago de los tributos a Hacienda tienen todavía más peso que otros más importantes a la hora de evaluar un plan, como son la rentabilidad en períodos amplios de tiempo y la consistencia del equipo gestor. Este es el motivo por el que las campañas de las entidades financieras se centran a final de año, y explica por qué basan su esfuerzo comercial en ofrecer ganchos como bonificar los traspasos entre planes o hacer regalos que no tienen nada que ver con el producto en sí.

Según los últimos datos de Inverco, los traspasos entre planes del sistema individual tan solo representaron el 6,4 por ciento de su vo-lumen patrimonial (frente al 28,5 por ciento de los fondos de inversion) en el primer semestre del año, por valor de 4.761 millones de euros. Y de este porcentaje la gran mayoría se realizaron entre planes de la misma gestora, mientras que tan solo un 27 por ciento correspondieron a traspasos entre planes de firmas diferentes.

Es decir, a los españoles les cuesta cambiar de plan de pensiones. Un motivo puede ser que muchas ofertas de traspasos de las entidades exigen un período de permanencia, aparte de que la edad a la que se comienza a realizar aportaciones en España es demasiado alta. Razón que explica que estos productos se vean más como una protección de capital que como un producto de inversión a largo plazo.

No obstante, los expertos recuerdan que nunca es tarde para plantearse un cambio de plan, y que no debe realizarse necesariamente a final de año. Jacobo Zarco, director de Planificación Patrimonial de atl Capital, apunta que cualquier momento es bueno si se hace por iniciativa propia y no influido por las campañas publicitarias de las entidades financieras.

Y recuerda que "quien regala algo es porque piensa que la calidad de sus productos no habla por sí sola. Yo sospecharía".

"Para saber si realmente el comportamiento de un plan de pensiones está siendo o no correcto se requieren periodos de tiempo que no deben ser inmediatos, es decir, podríamos hablar de un seguimiento trimestral y de toma de decisiones para posibles cambios con carácter anual", recomienda Lourdes Moreno, directora de Intermoney Patrimonios, para quien estos plazos "nunca deben tomarse como fijos". "Lo fundamental no serán únicamente los plazos transcurridos, sino las circunstancias económicas y de mercado que preveamos en cada momento, y sin olvidar en ningún caso el perfil de riesgo que estamos dispuestos a asumir", subraya.

El perfil de riesgo y el horizonte temporal son los principales factores que los expertos aconsejan tener en cuenta a la hora de plantearse un cambio de plan de pensiones, y no necesariamente la edad debería ser un obstáculo para fijarse en productos con mayor exposición a renta variable. "Tendemos a pensar que el dinero para la jubilación hay que invertirlo en productos conservadores, pero con esta idea en mente corremos el riesgo de no alcanzar nuestro objetivo", explica Belén Alarcón, socia y directora de Planificación Patrimonial de Abante.

Alarcón recuerda que el grueso del dinero destinado al ahorro para la jubilación, el 80 por ciento aproximadamente, se encuentra en los planes menos rentables, lo que a su juicio demuestra que "el ahorro en España es ineficiente y ultraconservador".

"Lo fundamental es valorar la adecuación del momento del cambio de plan y si existen suficientes motivos para hacerlo", señala Jon Aramburu, director general de Loreto Mutua, quien subraya también el tema de las comisiones, un punto a su juicio especialmente sensible porque "a la larga, cuando son elevadas pueden limitar mucho la rentabilidad, sobre todo en entornos financieros complicados. "Si la rentabilidad de un plan viene siendo repetidamente negativa o nula, mantenerse en el tiempo solo nos hará seguir perdiendo dinero", asegura.

"Cuesta bastante encontrar calidad en los planes de pensiones, porque no hay interés en las entidades, al tener topadas las comisiones de gestión. Pero un ahorrador debería fijarse en que la rentabilidad se haya obtenido de forma homogénea, no en determinados períodos temporales", recuerda Zarco.

Carmen Castillo, directora de desarrollo de negocio de Credit Suisse Gestión, considera que los ahorradores deberían de aprovechar la posibilidad de realizar traspasos, que no están penalizados fiscalmente, para "estar siempre invertidos en aquellos planes que mejor se ajusten a los objetivos a largo plazo planteados o para adaptarse a los cambios que vaya experimentando el partícipe, como la edad, por ejemplo". En su opinión, los ahorradores deberían realizar un análisis continuo, sin pensar que el mismo plan es para toda la vida. "Debemos hacer un seguimiento de su rentabilidad y riesgo, la consistencia de su gestión, la diversificación que realice y, por supuesto, que haya absoluta transparencia sobre las inversiones", concluye.

Aramburu incide en la necesidad de pensar que los planes de pensiones son productos de largo plazo, en función de la situación personal del ahorrador, para no dejarse llevar por los cantos de sirena de las campañas comerciales de las entidades financieras, que pueden ser "contraproducentes".

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