
Ayer entró en vigor la segunda ronda de sanciones de EEUU a Irán, que afecta, entre otras prohibiciones, a las ventas de petróleo del país persa. Un bloqueo que, de momento, no ha alterado la cotización del crudo, que se mantiene en el entorno de los 73 dólares por barril tras repuntar este lunes casi un 0,7%.
La actitud más flexible de Arabia Saudí y las exenciones temporales concedidas por EEUU a ocho países -China, India, Italia, Grecia, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Turquía- para que continúen buscando alternativa a la importación de crudo iraní minimiza en mayor medida el impacto, al que también hay que sumar el aumento de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de Rusia y EEUU. "Perder otro millón o más del petróleo que produce Irán podría ser similar a la pérdida sufrida por Venezuela en los dos últimos años", señala Homayoun Falakshahi, investigador senior de Wood Mackenzie, quien recuerda que Arabia Saudí, Emirato Árabes y Kuwait han incrementado su producción desde julio para compensar las estrecheces del mercado.
El Brent europeo pierde un 15% desde los máximos que marcó a principios de octubre en los 86,29 dólares. Y en lo que va de año, todavía se revaloriza cerca de un 10%. El descenso del precio del crudo ha coincidido con un octubre negro para la renta variable, en el que el índice Stoxx 600 Oil & Gas, conformado por una veintena de compañías como la francesa Total, las británcias Shell y BP, y la española Repsol, entre otras, se han dejado más de un 8% en la última corrección, y en conjunto han visto evaporse unos 58.000 millones de euros. Los mayores retrocesos los han protagonizado Aker y Galp, que han sufrido pérdidas de doble dígito desde máximos. Esta caída ha aflorado un potencial de un 18% de media para las grandes petroleras.
Lo cierto es, que pese a las incertidumbre geopolíticas y las propias de la materia prima -la OPEP se reunirá en diciembre para decidir la producción común para los próximos meses-, los analistas siguen confiando en los fundamentales del sector. Prueba de ello es que entre las grandes petroleras europeas, solo una -Galp- cuente con un cartel de venta frente al consejo de compra que lucen Shell, Total, BP, y Eni.
El consenso de mercado que recoge FactSet continúa siendo optimista sobre las ganancias de la industria de cara a los dos próximos años. Desde máximos, las estimaciones de beneficio se han elevado, en su conjunto, un 5,6% para 2019, y un 6,3% para 2020.
Si se cumplen las estimaciones, las grandes del sector alcanzarán en dos años 69.500 millones de euros de beneficio, todavía a 4.000 millones de euros del beneficio histórico que alcanzaron en 2011.