
Dos preocupaciones se han instaurado en la mente de los inversores estadounidenses. Por un lado, los miedos políticos, con unas elecciones legislativas a la vuelta de la esquina y las tensiones geopolíticas y comerciales presentes. Por otro, ligado a lo anterior, el crecimiento económico tanto a nivel global como aquí en casa comienza a desacelerarse y ello fuerza a realizar ajustes sobre las proyecciones de ingresos y beneficios de muchas compañías.
"Esperamos que el PIB se desacelere gradualmente hasta crecer un 1,6% en el último trimestre de 2019", señala David Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs, quien recalca eso sí que los reciente movimientos en la renta variable estadounidense reflejan un ajuste mucho más brusco. De hecho, tomando como referente la relación histórica, la caída actual en los precios de la bolsa estadounidense correspondería con un desplome del ISM manufacturero hasta los 52 puntos o una desaceleración en el crecimiento económico de entre uno o dos puntos porcentuales.
Es por ello por lo que para Kostin y su equipo, la caída de octubre en los mercados estadounidenses ha superado con creces los fundamentales. "Esperamos que los datos económicos positivos continúen y nuestras expectativas de crecimiento del beneficio por acción del 7% en 2019 respalden un rebote del S&P 500 hasta nuestra meta de fin de año de 2.850 puntos", señala en un informe distribuido entre sus clientes.
Uno de los factores que impulsarán al S&P 500 a recuperar dicho nivel está en las recompras de acciones. El 48% de los componentes de este indicador se encuentran ya fuera de su periodo de espera para poder llevar a cabo este tipo de operaciones, por lo que reanudarán la compra de títulos propios en las próximas semanas. Es importante recordar que las recompras de acciones han sido el pilar de las subidas experimentadas por la renta variable en los últimos años.
En lo que llevamos de año, las autorizaciones para llevar a cabo este tipo de operaciones ascienden ya hasta los 754.000 millones de dólares y los expertos consideran que estas ascenderán este año hasta el billón de dólares, un 46% más cuando se compara con el año pasado.
Revisiones a la baja para 2019
Aún así, pese a que los resultados del tercer trimestre han sido saludables, los inversores viran con sus previsiones. Este año sigue esperándose que el beneficio por acción de S&P 500 avance un 22% pero éste se desacelerará hasta a el 9% en 2019. Para Goldman, esta última cifra será de un 7%.
"El 48% de las compañías del S&P 500 han presentado ya sus cuentas y el 54% ha superado las estimaciones del consenso", explica Kostin resaltando que, sin embargo, la compañía media que ha superado las expectativas ha batido al S&P 500 en 36 puntos básicos, por debajo de la media de 103 puntos básicos a medida que los inversores se centran en las perspectivas para 2019.
Además de las preocupaciones sobre el crecimiento económico, los inversores y los gestores se centran en las presiones sobre los márgenes por el aumento de los salarios y los costes. "El sentimiento sobre las proyecciones para el próximo año es negativo por primera vez desde la aprobación de la reforma fiscal", recalca el estratega jefe de Goldman.
A cierre del pasado 26 de octubre, las estimaciones de beneficio del tercer trimestre se ajustaban al alza, pero nueve de los once sectores del S&P 500 han registrado revisiones a la baja para sus proyecciones del año fiscal 2019, según las estimaciones del consenso recogidas por el S&P Capital IQ.
Dadas las circunstancias, los inversores se preguntan si el crecimiento de los beneficios ha tocado techo y si esto ha coincidido históricamente con ventas masivas en las acciones. La respuesta es afirmativa pero las rebajas en los precios han llegado tanto en forma de correcciones como de mercados bajistas.
"En estos momentos, mientras proyectamos un descenso más profundo que el experimentado, posiblemente más cercano a una corrección del 14%, no anticipamos un nuevo mercado bajista", resaltaba Sam Stovall, jefe de inversión de CFRA, en una nota publicada el lunes.
El crecimiento del beneficio por acción para 2019 se rebajado al 9,3% en comparación con el 10%. Es probable que los analistas continúen reduciendo sus expectativas a medida que las estimaciones de ingresos para el próximo año también continúan reduciéndose.
En los últimos 65 años, los inversores tradicionalmente han reaccionado negativamente a una desaceleración en el ritmo de crecimiento de los beneficios. Actualmente se proyecta que este ciclo alcanzará su punto álgido en el último trimestre de 2018 con un avance del de casi el 23%. En 2019, se proyecta que el avance se menos de la mitad del registrado en 2018.