
Al cierre del próximo 21 de septiembre, S&P Dow Jones Indices y MSCI materializarán cambios transformando el clásico sector de telecomunicaciones en el de servicios de comunicación, un híbrido que combinará determinadas empresas de los sectores de consumo discrecional y tecnología de la información de los distintos indicadores bursátiles que elaboran estas compañías.
De esta forma, más del 8% de la capitalización del S&P 500 será reclasificada en el nuevo sector, lo que supone el mayor cambio en la estructura del sector en la historia del Estándar de Clasificación Industrial Global (GICS).
Según explican desde M&G Investments, los nuevos valores del ámbito de los servicios de comunicación presentan un cambio significativo ya que dejarán de ser los clásicos títulos de valor con características similares a la renta fija y que reparten dividendos elevados a los que nos tiene acostumbrado el sector de servicios de telecomunicación en la actualidad.
El sector de servicios de comunicación abarcará gran parte de los valores de crecimiento de los segmentos de consumo discrecional y tecnología de la información y presentará una mayor sensibilidad al mercado de renta variable en general y una menor sensibilidad a los rendimientos de los bonos y a los tipos de interés.
Esto reflejará mejor las actividades de comunicación modernas e incluirá compañías que facilitan la comunicación y ofrecen contenido e información a través de varios tipos de medios como Comcast, News Corp, Walt Disney, Netflix, Alphabet (la matriz de Google) y Facebook.
Desde Goldman Sachs aseguran que una vez que se materialicen estos cambios, dice Goldman, el sector de la tecnología perderá peso en el S&P 500, donde su influencia caerá hasta el 20% desde el 25% actual.
"Con la salida de dos de las compañías más grandes, el sector perderá parte de su atractivo para los inversores que busquen crecimiento", reconoce David Kostin, estratega jefe de este banco de inversión.
Pero además, uno de los efectos indeseados de este cambio será la presión vendedora de los productos que replican índices o sectores (los llamados fondos cotizados o ETFs, por sus siglas en inglés), que tendrán que reajustar el peso que tienen a cada uno de ellos tras los cambios.
De hecho, desde M&G Investments consideran que aquellos que invierten en fondos cotizados se verán más afectados, sobre todo si esos ETFs replican el sector de tecnología de la información, el de consumo discrecional o el de servicios de telecomunicación, dado que los cambios en las posiciones subyacentes alterarán el perfil de riesgo, el potencial de crecimiento y la generación de rentas de esos fondos. Los inversores en fondos centrados en temáticas concretas también podrían verse afectados, dado que los cambios podrían modificar la estrategia de inversión del fondo.