
Las grandes empresas no financieras presentan ahora una menor dependencia de la banca que en el pasado a la hora de obtener financiación. En los últimos siete años (2010-2017), su deuda con los bancos se ha reducido en un 39%, pasando de los 113.500 a los 69.100 millones de euros, según un estudio de BME.
En su lugar, cada vez recurren más a captar dinero en los mercados de renta fija. En el mismo periodo, la financiación por esta vía se ha incrementado en un 27%, pasando de los 90.800 a los 116.081 millones de euros. La principal consecuencia de este cambio es que las empresas ya logran el 55% de su financiación con la emisión de bonos corporativos.
Aunque no es una tendencia exclusiva de España -sucede lo mismo en el resto de Europa-, el volumen anual medio emitido pasó de 10.680 millones de dólares entre 2000-2008 a casi 27.000 millones de dólares entre 2009-2017. Detrás de ese ascenso se encuentran las políticas monetarias ultra laxas aplicadas en los últimos años por los bancos centrales en un intento de paliar los estragos de la crisis financiera. Gracias a medidas como la de situar el precio oficial del dinero en mínimos históricos se explica la redución del coste que ha supuesto a las empresas salir a mercado en busca de financiación, llevando a muchas españolas a pagar los cupones más bajos de la historia.
Esa ventana de liquidez se refrenda en algunos de los datos que recopilan en BME: si bien en 2007 solo 8 empresas españolas no financieras lograron colocar deuda en el mercado -cifra que se reduce a cuatro en 2008-, el año pasado hubo 38 emisores distintos.
"Un debate recurrente en los últimos meses es si esta tendencia a una mayor diversificación de la financiación tanto en España como en Europa es conyuntural o se va convirtiendo en estructural", reflexionan en el gestor de la bolsa española.
A favor de que continúe citan algunos factores que, a diferencia de los estímulos, sí tienen visos de permanecer en el tiempo, como son los mayores requerimientos de capital bancario, "que pueden dar lugar a mayores restricciones del crédito".
También apuntan al desarrollo de mercados de capitales especializados en compañías de menor dimensión, y al marco regulatorio europeo donde la Unión de Mercados de Capitales (CMU, por sus siglas en inglés) pretende proporcionar a las empresas nuevas fuentes de financiación, así como la reducción de sus costes.
Las empresas también han refozado sus balances mediante ampliaciones de capital
Además de acogerse al mejor momento del mercado de deuda para diversificar las fuentes de financiación, las empresas también han refozado sus balances mediante ampliaciones de capital (muchas de ellas son la consecuencia, no obstante, del uso del scrip dividend o retribución en acciones, a modo de contrarrestar el efecto dilutivo para el accionista que supone esta modalidad de dividendo).
De este modo, el volumen de capital ampliado por las empresas no financieras del Ibex 35 alcanzó el año pasado los 12.400 millones de euros, frente a los 1600 millones de 2010.
Si se incluye las ampliaciones de la banca en 2017, cuando recurrieron a ello Santander, Unicaja o Liberbank, entre otras, la cifra aumenta aún más. Sirva como referencia que entre 2014 y 2017 el valor de las ampliaciones en el mercado bursátil español superó, en conjunto, los 120.000 millones de euros.