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El banco central de Australia corrige al BCE: "La inflación baja no es tan mala"

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Philip Lowe, gobernador del Banco de la Reserva de Australia, destacó en su comparecencia en el foro de Sintra que los banqueros centrales "tenemos que aceptar que la inflación va a ser mucho más baja de lo que marcan nuestros objetivos. No nos será difícil aceptarlo", señaló.

Durante los últimos años, el Banco Central Europeo (BCE) ha peleado contra viento y marea para conseguir cumplir su mandato: estabilidad de precios, representada en que la inflación se mantenga "por debajo pero en el entorno del 2%", en palabras del propio Mario Draghi, presidente de la entidad. El economista italiano, al frente del BCE desde 2011, se ha escudado en su mandato en decenas de ocasiones. A él, lo que haga la cotización del euro, el desempleo, o incluso el crecimiento económico, se mantiene en un segundo plano. Su misión: inflación en el 2%, preferiblemente ligeramente por debajo, y con algunas condiciones, como que sea autosuficiente, y no dependa de los estímulos del BCE.

Sin embargo, la aparente obsesión del organismo por conseguir este nivel de inflación ha encontrado críticas de no pocos economistas, quienes defienden que no se puede pagar cualquier precio por una inflación al 2%. Los estímulos tienen un doble filo, y en algunos aspectos, impacto negativo. Philip Lowe, el homólogo de Draghi en Australia, defendió en su discurso inicial en el foro de Sintra, que los bancos centrales deben aceptar que la inflación "va a estar un tiempo por debajo del objetivo de los bancos centrales".

El australiano arrancó su discurso señalando varios factores que, en su opinión, "van a mantenerse durante largo tiempo", y que suponen un lastre para el avance de la inflación, como son "el aumento en la percepción general de mayor competencia; el progreso tecnológico, y que la oferta laboral en muchos países cada vez es más flexible", señaló el economista.

Lowe cuenta el caso concreto que él conoce en su país: "Con la tecnología avanzando tan rápidamente, muchas firmas tienen problemas para mantenerse al día. Se enfocan en lo que sí pueden controlar, y estos son los gastos, donde el principal gasto que pueden controlar es el laboral. Visito muchas empresas en Australia, y me encuentro con que se repite la misma situación: se quejan de que les cuesta encontrar trabajadores por la baja tasa de desempleo. Y yo les pregunto ¿porqué no contratas gente de otras empresas y les pagas más? Me miran como a un loco y responden que lo último que pueden hacer es aumentar sus gastos, con la fuerte competencia que hay", explicó detalladamente el australiano.

Según él, los bancos centrales deben aceptar que "la inflación va a ser baja durante un tiempo", algo que "no es tan malo. Hay muchos economistas que lo señalan, que no es algo que vaya a tener un impacto demasiado preocupante", explicó el australiano.

Un mandato diferente

Philip Lowe reconoció de alguna manera que él personalmente lo tiene más fácil, ya que "nuestro mandato", el del banco central de Australia, "es triple: estabilidad de precios, pleno empleo, y el bienestar del pueblo australiano. Agradezco enormemente este último mandato. ¿Ayudará a nuestros ciudadanos que aumentemos los estímulos para que suba la inflación?", señaló, en clara alusión a las diferencias con el BCE, entidad que sólo tiene el mandato de la inflación. "Mi punto de vista es que siendo pacientes, y viendo cómo mejora poco a poco el mercado laboral, estamos maximizando el bienestar de la gente", concluyó Lowe.

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