Bolsa, mercados y cotizaciones

El bono español es el único periférico en positivo pese a la crisis catalana

  • El proceso soberanista no asusta: el precio del bono catalán sube un 7%
  • El portugués ha sido el último en caer al terreno negativo
Foto: Archivo

Los inversores han interrumpido el viaje que empezaron a principios de año, que consistía en irse de la deuda más segura hacia otra más rentable y menos refugio, como la de la periferia europea, en un momento en el que la economía de estos países saca músculo. El motivo de por qué han detenido ese tránsito se encuentra en el ruido introducido por Italia y su situación de desgobierno creada el pasado 4 de marzo, cuando se celebraron unos comicios que no dieron ninguna visibilidad al mercado.

A partir de entonces, el goteo de inversores que ha optado por deshacerse de estos títulos (y, por extensión, de otros de la periferia) ha sido continuo. Sin embargo, esas ventas se han cebado menos con la deuda española. Ni siquiera haber protagonizado una crisis política propia, la catalana, ha impedido que sea la única de la periferia que aún arroja ganancias por precio este año, del 1%.

Contrasta con las pérdidas del 2,7% que genera la italiana desde enero, motivadas por la subida de rentabilidad, que ha pasado del 2,01 al 2,32% en 2018; del 2,1% de la griega o del 0,04% de la portuguesa -la última en poner su contador anual en rojo-. Todas ellas eran objeto de deseo por parte de los inversores antes de que el escenario político transalpino entrase en juego.

"Después de haber cotizado en una suave e inclinada tendencia alcista durante la mayor parte del año pasado", explica David Simner, gestor de renta fija europea de Fidelity, "la publicación de un borrador inicial del acuerdo entre los dos partidos más votados, 5 Estrellas y Liga Norte, hizo que los precios de los bonos BTP cayeran en picado". En su opinión, es justo decir que ha habido una sensación de pánico en el mercado: "Los inversores se han apresurado a reducir el riesgo, pues las implicaciones del gasto anunciado por el nuevo gobierno han causado preocupación sobre la futura dinámica de la deuda de un país que ya está muy endeudado".

Cataluña no es problema...

No significa que la deuda española se haya mantenido del todo ajena a esta situación. Se ve en que la rentabilidad del bono a diez años ha repuntado 29 puntos básicos desde que retrocediese a mínimos anuales el pasado 30 de marzo, al bajar hasta el 1,16%. Hoy, en cambio, cotiza en el 1,45%, lo que implica asumir minusvalías latentes de casi el 2,5% desde entonces por la caída del precio. Sí lo ha sido, en cambio, a la crisis política propia del país: la de Cataluña y el proceso soberanista. Lo ha sido, incluso, la propia deuda catalana.

Uno de los bonos emitidos por la Generalitat en 1998 con vencimiento en 2028, es decir, que aún dispone de diez años de vida, ha visto cómo su precio ha repuntado en torno a un 7% desde enero (debe tenerse en cuenta, no obstante, que se trata de una referencia menos líquida). Una de las gestoras que ha manifestado públicamente su inversión en papel de Cataluña ha sido Buy&Hold. Rafael Varela, su CEO, explicaba así a elEconomista su tesis de inversión en este activo en febrero: "Compramos bonos de Cataluña en octubre, en el momento más estresante, y ganamos un 20% en 3 meses. En diciembre volvimos a comprar, a niveles del 5%. Para nosotros no hay duda de que para Cataluña el riesgo es España. No se va a permitir el lujo de que una Comunidad Autónoma impague su deuda, porque eso afectaría a la española y a la recuperación de todo el país."

... e Italia está por ver

Ayer, pese a todo, el castigo a la deuda periférica se tomó un respiro -hubo compras en deuda italiana, española, portuguesa y griega-. "Todavía es muy pronto para hacer una valoración de las consecuencias del nuevo gobierno italiano y el programa que quiere implementar. Hay que seguir muy de cerca los acontecimientos porque Italia, a diferencia de Grecia, es un país sistémico para la UEM", recuerda en servicio de estudios de Bankia.

Ahora bien, la pregunta que está en el aire es si la corrección sufrida por el precio de la deuda periférica ha abierto una puerta de entrada. Enrique Lluva, subdirector de renta fija de Imantia, estima que no. Gonzalo Ramírez Celaya, director de renta fija y estructurados de Tressis, se manifiesta en la misma línea: "No todavía. La situación en Italia sigue siendo complicada". Y no solo, dice, por su política, "sino por su situación macro, donde su crecimiento y su ratio deuda/ebitda sigue siendo muy preocupante".

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