Bolsa, mercados y cotizaciones

Lutero y su proyección económica

Entre los muchos aciertos de esa persona extraordinaria que fue Keynes, se encuentra la frase final de la Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, por cierto, mal traducida en las dos versiones en español que tengo de esta obra.

El texto exacto es: "Tarde o temprano son las ideas, no los intereses creados, las que crean opciones, tanto para bien como para mal". Y, naturalmente, esas ideas pasan a causar modificaciones en la economía. Eso es lo que ha ocurrido, desde luego, a partir de la Reforma protestante. Se han publicado sobre ello numerosos ensayos, pero conviene también, al hilo de nuevos trabajos, y uno de estos es el presente del profesor González de Cardedal, que tiene en cuenta las consecuencias derivadas de aquel momento en que Lutero, clavaba, el 21 de octubre de 1417, las famosas 95 tesis contra las indulgencias, en las puertas de la Iglesia del Castillo de Wittenberg.

A partir de ahí, dos consecuencias de esto han sido presentadas en esta espléndida aportación sobre Lutero, hecha por el profesor González de Cardedal. Por ello expone, en la página 23, que ya Erasmo percibió "que se estaba ante una ruptura en el orden de la verdad y de la confesión de fe, y no sólo en el orden de la moral o de la disciplina eclesiástica tal como hasta ahora la había regulado el derecho canónico. Donde se decidía el problema mayor y la diferencia radical estaba en el tema de la libertad".

El punto de partida del movimiento liberal que triunfó en el mundo en el siglo XVIII, con su enlace con la doctrina de los clásicos de la economía, desde Adam Smith adelante y, por supuesto, con planteamientos que se integraban además con lo que había triunfado en Inglaterra con la revolución puritana, en parte en los Estados Unidos al separarse de la Corona británica y, en Europa, con la Revolución Francesa. González de Cardedal señaló, (pag. 49) que Lutero, "como punto de partida" para sus tesis en San Pablo, 1 Cor. 9.19, y desde ahí "establece su tesis clásica: el cristiano es un hombre libre, señor de todos y no sometido a nadie; el cristiano es un siervo al servicio de todos y a todos sometido. Lo primero por la fe; lo segundo por la caridad. Hombre interior y hombre exterior: fe y obras. La verdadera libertad no es una posibilidad del hombre, sino una resultante de la fe en comunidad de vida con Cristo".

Y esto comienza a entremezclarse con algo que surgiría de nuevo con fuerza en el siglo XIX, con el choque planteado entre el espíritu de libertad que defendía el mundo empresarial, que en el siglo XV fue también (pag. 70): "el choque de masas depauperadas con el absolutismo de los príncipes".

Todo esto lo amplía González de Cardedal en las páginas 112-113 como una referencia muy interesante derivada de una conferencia pronunciada por Ernest Troeltsch titulada La significación del protestantismo para el surgimiento del hombre necesario, por lo que la teología liberal ha intentado una interpretación teniendo como su dialogante la cultura moderna … a partir de la Ilustración y de manera especial en nuestros días, se ha visto a Lutero como un pionero de la libertad generadora de la era moderna y abría que considerarle si no únicamente, sí sobre todo como el iniciador de una nueva relación entre la fe y la cultura, dándole a ésta el papel de pauta para una nueva interpretación de aquella".

Pero esa consecuencia económica, que yo palpé en las explicaciones de un gran economista, que se manifestaba ante nosotros como seguidor del luteranismo, el prusiano Stackelberg, y que hasta su muerte defendió los mecanismos de mercado de los que acabó surgiendo el mensaje de la política económica que puso en ascenso clarísimo a la economía alemana tras su destrucción en la II Guerra Mundial.

El segundo mensaje es el de la aparición de la ruptura de los grandes mercados, que en Lutero se manifiesta a causa de su búsqueda de apoyo en los diversos príncipes germanos alzados contra la unidad católica existente en el ámbito imperial, en la etapa del emperador Carlos V. A partir de su choque en la Dieta de Worms, ante el Emperador y el legado del Papa, y gracias al amparo del Príncipe de Sajonia, Federico el Sabio, quien a la vez que le defendía del peligro de ser eliminado mortalmente por cualquiera que le encontrase, al estar proscrito en el Imperio, le utilizó como su gran arma en la lucha política… Lutero queda prisionero de las nuevas iglesias territoriales en las que los príncipes son ahora autoridades …Surgen, así, iglesias nuevas organizadas desde proyecciones políticas, sociales y culturales más que por razones doctrinales. En adelante quedan implicadas la fe, la estructura social y la expresión política" en estos planteamientos aislados. Y por lo tanto a partir de ahí la ruptura del mercado queda garantizada ya entonces, y va a seguir, si se nos apura, hasta ahora.

No deja de ser interesante el señalar que, cuando eso se consideró que era causante de crisis económicas continuas y de guerras feroces en el interior de Europa la solución, que hoy conocemos con el nombre de Unión Europea surgió de la reunión de tres importantes políticos católicos: Adenauer en Alemania, Shuman en Francia y De Gasperi en Italia. Una vez más las ideas nacidas en Lutero y derivadas en Roma pasaban a tener realidades históricas diferentes.

No trata este libro de otra aportación económica importante de Lutero: su combate contra el cobro de tipos de interés. Ahí vendrá otro choque con las tesis que sobre esto nacieron, por ejemplo, en la llamada Escuela de Salamanca y por parte de teólogos católicos de primerísima fila: Vitoria y Azpilicueta

Dos grandes revoluciones que llegan en el mundo hasta ahora partieron pues en grado muy significativo de Martin Lutero, y gracias a esta aportación de Olegario González de Cardedal comprobamos que la referencia inicial a Keynes era oportuna.

Olegario González de Cardedal, Martín Lutero: Reforma. Revolución. Contrarreforma, Centro de Estudios Salmantinos, Salamanca, 2018. 179pags

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