
Los mercados europeos comenzaron la sesión con fuertes descensos después de la caída a última hora de ayer en Estados Unidos, donde hoy se conocerá el informe del empleo de noviembre. El Ibex 35 pierde más de un 2% y busca la zona de los 8.600 puntos, nivel que de momento logra mantener tras haber marcado mínimos intradía en 8.554,80 puntos. El petróleo sube ligeramente pero sigue cotizando por debajo de los 43 dólares por barril.
"La excusa típica es que el mercado lo había descontado (en referencia al BCE), pero la realidad es que la gente sabe que la situación es mala. El mercado está muy volátil: empieza subiendo, termina bajando y la fluctuación puede ser de un 5%", expresó una operadora a Reuters.
"Apertura bajista en la renta variable europea, que hoy viernes cierra una semana donde lo destacable será ver si finalmente la presión compradora es o no es capaz de situar a los índices por encima de los máximos de la semana pasada. Estos máximos frenaron ayer las alzas tanto en el Eurostoxx 50, lo que sirvió para avisar de la poca fiabilidad que tenía la ruptura de resistencias análogas en el Dax 30 e Ibex 35 (IBEX.MC)", explicaban los analistas de Bolságora en el flash intradía de Ecotrader.
"La primera referencia a seguir aparece hoy en el Ibex 35 en los 8650-8700 puntos. Su cesión al cierre tendría connotaciones bastante negativas, sin perjuicio de que sigamos pensando que la línea divisoria que separa un escenario de continuidad bajista de uno potencialmente alcista en próximas semanas, dependiendo de si se pierde o mantiene respectivamente, se localiza en los 8.300 puntos o en los mínimos de esta semana de forma general en el resto de índices tanto europeos como al otro lado del Atlántico. Fortaleza a corto habría si el hueco bajista abierto esta mañana en la apertura es cerrado, esto es, que los índices consigan girar al alza y moverse al cierre por encima de niveles donde ayer jueves cerraron", añadían.
Así está el panorama
Ayer Europa se vino abajo tras la decisión del BCE de bajar los tipos, aunque consiguió recuperar la mayor parte de lo perdido. Después, Wall Street aguantó con ligeras pérdidas hasta última hora, y entonces se hundió. Y lo hizo como es habitual desde hace dos meses: a lo bestia. El Dow Jones acabó perdiendo el 2,51%, el S&P 500 se dejó el 2,93% y el Nasdaq, el 3,14%.
Es cierto que estas caídas tampoco son para tanto con una volatilidad como la actual. Pero son relevantes por cuanto sirvieron para perforar algunos soportes significativos y, sobre todo, porque quiebran la escalada que el mercado estaba construyendo tan trabajosamente en los últimos días. Y eso no tiene buena pinta. No olviden que sólo llevábamos dos días de subidas -del 3,31% y del 2,05% en el Dow Jones, eso sí- y que el lunes Wall Street sufrió un batacazo del 7,7%. Luego es posible que lo del martes y el miércoles no fuera más que un rebote y que lo de anoche sea una reanudación de las caídas.
Este mediodía tendremos el importantísimo dato del desempleo de noviembre en EEUU, que puede ser desastroso. Las expectativas son de una destrucción de 350.000 empleos, lo que elevaría la tasa del paro al 6,8%, una barbaridad para EEUU. Pero muchos analistas se temen algo aún peor, máxime después del aluvión de despidos anunciados ayer mismo: 12.000 en AT&T, 6.500 en DuPont, 600 en Adobe...
Por otro lado, las ventas en grandes almacenes en noviembre salieron todavía peor de lo esperado. Además, AMD y Nokia rebajaron sus previsiones, y los gigantes del automóvil sufrieron un duro castigo por las crecientes posibilidades de que finalmente no sean rescatados por el gobierno tras elevar sus peticiones de ayuda: General Motors se hundió el 16,1% y Ford, el 6,7%.
Fuera de la bolsa, el petróleo volvió a caer con fuerza (el 6,56%) antes el panorama de grave recesión, con lo que cerró en 43,72 dólares. Los bonos prosiguieron su escalada en precio, con lo que la rentabilidad del activo a 10 años de EEUU cayó al 2,55%.