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Simon Ward: "Espero una recesión global el año que viene"

  • Los flujos monetarios apuntan a un frenazo en el crecimiento
  • Considera que la caída sorprenderá a los grandes bancos centrales

"Mi perspectiva actual es una de las más negativas que he dado en los últimos años". Así arrancó Simon Ward, economista jefe de Janus Henderson, su conferencia anual en el European Press Day este mes de marzo. Según el análisis del experto, nos encaminamos hacia una recesión global en 2019 y los bancos centrales no reaccionarán a tiempo.

Ward, economista jefe de la gestora desde el año 2009, basa sus análisis macroeconómicos en el flujo de dinero que hay moviéndose en una economía. Concretamente, se fija en el indicador M1, que recoge los componentes más líquidos del flujo monetario, un indicador que, según su modelo, no trae ahora buenas noticias. El experto augura un frenazo de la economía en la segunda mitad de 2018 que terminará traduciéndose en una recesión el próximo ejercicio, una opinión muy poco compartida actualmente entre los analistas, como él mismo reconoce.

"El dinero real mueve la economía. Desde 1960, cuando el crecimiento del flujo monetario alcanza el cénit, este se traslada en un periodo de 6 a 12 meses al crecimiento económico", explica el experto. "El buen momento de crecimiento que estamos viviendo ahora se predijo previamente por los movimientos de la masa monetaria", añade.

Sin embargo, a mediados de 2017 la masa monetaria global marcó su último pico en crecimiento, algo que sugiere que el avance económico "debería estar tocando techo actualmente", sufriendo un descenso "significativo" desde el momento actual, que apunta a desembocar en "una recesión global en el año 2019".

La importancia de los ciclos

Si bien Ward basa su análisis en el flujo del dinero, el economista está viendo otras señales que apoyan su tesis de un frenazo en el crecimiento global. En concreto, se refiere a los tiempos de los distintos ciclos económicos. "En la economía no hay un único ciclo, hay diferentes, que interactúan entre ellos: el ciclo de generación de existencias, el de la inversión de los negocios y el inmobiliario. Las recesiones habitualmente ocurren cuando dos de estos se debilitan simultáneamente, y las grandes recesiones tienen lugar cuando el frenazo se produce en los tres en el mismo año", explica Ward.

Esta coincidencia en la debilidad de los tres ciclos ocurrió en 2009, "lo que epxlica que la recesión en Europa fuese una de las peores que se recuerdan". Teniendo en cuenta que históricamente el ciclo de generación de existencias dura entre 3 y 5 años, que el de la inversión dura entre 7 y 11 años, y que el inmobiliario tiene una duración entre 15 y 25 años, el experto avisa del riesgo de que en 2019 o 2020 coincida un momento de debilidad en los dos primeros, "lo que apoya la teoría de que probablemente se sufra una recesión mundial", destaca el experto.

Sorpresa para los bancos centrales

Una de las preocupaciones de Ward es que "los bancos centrales han estado muy centrados en la inflación durante los últimos años, y creo que por ello serán lentos en responder a los signos de un crecimiento que muestre debilidad". Esto sería un problema añadido a la recesión: "Si llegase, sería una sorpresa para el consenso y para los bancos centrales. La cuestión clave es cómo la Reserva Federal y otros grandes bancos centrales retrocederán en sus estrategias actuales". Según él, los señores del dinero son ahora optimistas, como casi todo el mundo, por lo que "se necesitará una gran cantidad de datos significativos para que cambien su opinión".

Problemas para la renta variable

Otra de las causas que llevan a Ward a pensar que los bancos centrales tardarán en dar marcha atrás son los riesgos inflacionistas. "En Estados Unidos la tasa de desempleo y la oferta de trabajo disponible han convergido hasta un nivel que sólo se ha visto en cuatro ocasiones desde la postguerra: en 1955, 1965, 1972 y 1999. En los cuatro casos el coste laboral creció significativamente en los siguientes años. Si ocurre, esto generará presión alcista en la inflación, y caídas en los márgenes de beneficio, algo negativo, especialmente para el mercado de renta variable".

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