
A última hora del miércoles, el Senado de Estados Unidos aprobó con 67 votos a favor y 31 en contra el proyecto de ley Crapo, en alusión al presidente del Comité Bancario de la Cámara Alta y autor del proyecto, el republicano Mike Crapo. Una medida que de lograr el visto bueno en el Congreso relajará sensiblemente los requisitos impuestos por la reforma financiera Dodd-Frank aprobada en julio de 2010.
Principalmente, la banca mediana y comunitaria del país respirará aliviada ya que el proyecto de ley busca dejar exentos de los estándares preventivos que acompañaron a dicha reforma a los bancos con activos consolidados entre 50.000 millones de dólares y 100.000 millones de dólares. Aquellos que superen los 100.000 millones de dólares y no alcancen los 250.000 millones de dólares, quedarán exentos de las obligaciones de la Dodd-Frank durante los 18 meses posteriores a la promulgación del proyecto de ley. Durante dicho periodo de tiempo, será la Reserva Federal la encargada de determinar las regulaciones y supervisión a la que deberían someterse, como las pruebas de esfuerzo.
Al mismo tiempo, los bancos con menos de 10.000 millones de dólares en activos no tendrán que responder a la conocida como regla de Volcker que impide a los bancos invertir los depósitos de sus clientes a beneficio propio.
"La posible reducción de la regulación y la capacidad de los equipos de gestión para controlar el rendimiento del capital es positiva para las acciones de los grandes bancos regionales, ya que el potencial para la devolución del exceso de capital podría ser significativa", explica Brian Gardner, analista de Keefe, Bruyette & Woods. Entre estos bancos encontramos nombres como Raymond James Financial, CIT Group, Cullen/Frost Bankers o BankUnited, entre otros.
Gardner también señala como este proyecto de ley, que eleva desde los 50.000 millones de dólares en activos hasta los 250.000 millones de dólares en activos los requisitos de cumplir a rajatabla con la reforma financiera de 2010, "tendrá implicaciones positivas para las fusiones y adquisiciones bancarias, ya que podría promover un ciclo de consolidación más abierto y natural en relación con los últimos años".
Si la Cámara de Representantes aprueba la propuesta del Senado tal y como está, la ley podría aprobarse esta primavera. Sin embargo, si se producen cambios sustanciales, su implementación podría retrasarse hasta julio y, si el proyecto de ley no se completa en el receso de agosto, podría llegar a no ser aprobado. Dicho esto, sería bastante irónico que una de las pocas partidas bipartidistas que apoya aligerar la regulación bancaria pudiera acabar siendo víctima de los republicanos de la Cámara de Representantes.