Bolsa, mercados y cotizaciones

El mercado ve el vaso medio lleno con Draghi y se lanza a comprar bonos, sobretodo de la periferia

Se tiende a ver la renta fija como un todo, pero no toda se comporta igual en este arranque de año. Dentro de la deuda pública, la española se ha convertido en un oasis en el que el inversor obtiene una rentabilidad del 1% por precio.

Desde que en enero se empezase a contemplar, una vez más, un escenario de mayor crecimiento económico y, por tanto, de inflación, que alimentó la expectativa de que los bancos centrales ajustasen más rápido de lo previsto sus políticas monetarias, muchos inversores se lanzaron a vender algunos de los bonos más seguros para buscar otros más rentables, concretamente dentro de la periferia europea.

Sobre ella pesan ahora menos dudas, lo dijo el propio Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) en la reunión anterior a la de hoy, al señalar que el crecimiento de la economía es ahora "robusto", "fuerte" y "por encima de lo esperado". Sin miedo a que las cuentas públicas de estos países den un susto y, por tanto, tampoco lo hagan la deuda que emiten sus gobiernos, las compras se centran en el papel más rentable. De ahí la demanda récord que se ha producido en las últimas emisiones lanzadas por el Tesoro Público español.

Eso explica porqué con el diez años español se esquivan las pérdidas, después de que su rentabilidad se haya relajado del 1,56% al 1,44% este año, mientras que el de Italia solo cede un 0,5% -y eso, a pesar de las elecciones celebradas en el país que han introducido cierto ruido en el mercado-. El bono portugués con vencimiento a una década también se comporta mejor que el de Francia o Alemania, con ganancias del 1,4%.

El español compensa más la inflación

Aunque el regreso de la inflación perjudica a todos los bonos por igual (y la expectativa que maneja el propio BCE es que esta aumente y se acerque a su objetivo del 2%), por eso de que se come parte de los rendimientos, el colchón que ofrece la de la periferia es superior a la de la deuda core de Europa, como la de Francia o Alemania.

En el caso del primero, su rentabilidad ha subido del 0,78% al 0,91% en lo que va de año, dejando pérdidas por precio del 1,3%, aunque las más acusadas son las que sufre el Bund. Junto con el bono americano, las mayores ventas de deuda se han producido en el bono alemán, que cotiza ya en el 0,67% frente al 0,42% de enero. No superaba la barrera del 0,6% desde diciembre de 2015.

Además del alemán, otro de los bonos más perjudicados ha sido el americano a 10 años, cuya rentabilidad roza ya el 3%, un nivel que para algunos empieza a ser atractivo hasta el punto de ser una competencia para la bolsa.

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