
Durante las últimas jornadas, los expertos de BlackRock, Citi o Morgan Stanley, por mencionar algunos, se han manifestado sobre el futuro a corto plazo de la renta variable de Estados Unidos. Proyecciones que coinciden en asegurar que la bolsa americana no caerá por el precipicio de un mercado bajista tras casi 9 años continuos de subidas. Aún así, la fatiga y los vientos en contra prometen algún tipo de traspiés como el sufrido en el mes en curso.
Dicho esto, esta semana BlackRock, la gestora más grande del mundo, mejoró su perspectiva para la renta variable patria hasta sobreponderar alegando un impulso muy fuerte para los beneficios empresariales al tiempo que redujo sus proyecciones para las acciones europeas hasta una nota de "neutral".
Así, su estratega jefe, Richard Turnill, señaló como considera que el mercado todavía no ha digerido "los efectos positivos de la reforma fiscal y los planes de gasto". "Consideramos que el crecimiento de los beneficios importa más que las valoraciones en esta etapa del mercado alcista", añadió.
Por su parte, desde Citi, Jeremy Hale, Maximilian Moldashl, Amir Amin, Jamie Fahy y Skylar Montgomery Koning consideran que no se observa la posibilidad de un "mercado bajista" en el horizonte más cercano. No obstante, aludiendo las implicaciones de un "ajuste sincronizado" por parte de los bancos centrales, estos expertos apuntan que existe una "alta probabilidad de correcciones en los mercados de valores, aunque no necesariamente mayores a los registrados en periodos anteriores".
Paralelamente, el equipo liderado por Andrew Sheets, estratega de Morgan Stanley, avisó que el episodio de volatilidad experimentado a comienzos de febrero "ha sido solo un aperitivo, no el plato principal". Desde el banco estadounidense muestran cierta cautela ya que observa subidas de la inflación subyacente en el segundo trimestre del año y una moderación en los indicadores de actividad.
Al mismo tiempo, para Sam Stovall, estratega jefe de CFRA, el S&P 500 no se recuperará completamente de la que considera la corrección más rápida desde la II Guerra Mundial antes de volver a probar y posiblemente tocar fondo por debajo del mínimo marcado al cierre del pasado 8 de febrero. "Aconsejamos a los inversores que se preparen para la probabilidad de múltiples descensos de más del 5% este año", advirtió a su clientes en un informe distribuido el martes.