
Se prevé que Greogry Abel o Ajit Jain tomen su testigo cuando se marche
El octogenario Oráculo de Omaha, Warren Buffett, y su mano derecha, Charles T. Munger, no dan puntada sin hilo. De ahí que el ascenso de los delfines, Greogry Abel, cabeza de cartel de Berkshire Hathaway Energy, y Ajit Jain, responsable del negocio de aseguradoras, al Consejo de Administración del conglomerado confirma implícitamente que uno de los dos se prepara para tomar el control total de la compañía. Al menos así lo confirmó el propio multimillonario durante una entrevista con la CNBC.
"Es parte de un movimiento hacia la sucesión", señaló, incidiendo eso sí, que su decisión nada tiene que ver con su salud. De hecho, durante su intervención televisiva, la clásica lata de Coca-Cola que forma parte fundamental de su "dieta de niño de seis años", escoltaba a Buffett, pese a que en Omaha, Nebraska, corrían las siete de la mañana.
"Me encuentro bien de salud, teniendo en cuenta la vida que he llevado", bromeó. Eso sí, desde el conglomerado siempre han defendido que están preparados en el caso de que su presidente renunciase al cargo o sufriese algún percance, quedase incapacitado o falleciese. Con una sobrada lozanía, pese a haber sido diagnosticado con un cáncer de próstata en 2012, Buffett y el consejo de dirección de Berkshire votaron a favor de incrementar de doce a catorce los puestos dentro del Consejo de Administración de la compañía.
Una decisión estratégica para acomodar a Abel y Jain, quienes a su vez fueron ascendidos a vicepresidentes ejecutivos de las operaciones no relacionadas con seguros y del negocio de aseguradoras, respectivamente. "Son dos figuras clave de Berkshire y este movimiento hubiera tenido sentido, incluso, hace cinco años", recalcó este veterano inversor, quien dijo que fue idea de Munger, de 94 años, compartir la vicepresidencia con Abel y Jain.
Ya estaban en las quinielas
En este sentido, Buffett, de 87 años, explicó que si estuviera en la posición de estos ejecutivos le gustaría tener "algo de experiencia en la supervisión de todo un grupo de empresas antes de, eventualmente, tomar el mando". Volviendo así a ofrecer un guiño sobre un futuro traspaso de poderes. Jain y Abel han sido nombres tradicionalmente cotidianos en las quinielas para suceder al Oráculo de Omaha. El propio Munger ya lo dejó caer hace más de dos años en la tradicional carta que él y Buffett envían anualmente a los inversores.
Abel se incorporó a Berkshire Ha- thaway Energy en 1992 y, actualmente, es presidente y consejero delegado de la sociedad, mientras Jain empezó su trayectoria en Berkshire Hathaway Insurance Group en 1986 y en la actualidad es vicepresidente ejecutivo de la Compañía Nacional de Indemnizaciones, con responsabilidad sobre todas las principales operaciones de reaseguro.
Bajo un reinado de más de medio siglo y la gestión de más de 60 negocios distribuidos entre una variedad de sectores, Buffett indicó en su misiva del año pasado que sea quien sea el responsable de tomar el testigo de su hegemonía en Berk-shire deberá asumir la responsabilidad de gastar el efectivo de la compañía, que, a fecha de 30 de septiembre, ascendía hasta los 109.000 millones de dólares.
Buffett aprovechó su intervención en CNBC para abordar una serie de temas de actualidad, entre ellos las criptodivisas. Desde su punto de vista, está "casi seguro" que el dinero digital y el bitcoin acabarán sufriendo un mal final. De ahí que reiterase que nunca invertirá en este mercado. Donde sí sigue mostrando confianza es en la renta variable de EEUU. Según reconoció, Berkshire continúa comprando acciones, en parte por el efecto que la nueva reforma tributaria tendrán en los precios.
De acuerdo a los movimientos registrados durante el tercer trimestre de 2017, Berkshire deshizo completamente sus posiciones en Wabco Holdings, en la que venía reduciendo posiciones desde primeros de año. Al mismo tiempo, la entidad se convirtió en uno de los principales accionistas de Bank of America, al incorporarla a su cartera. El gestor ya había formado parte del accionariado del banco años atrás y fue en 2010 cuando decidió salir de la compañía. De esta forma, Bank of America se convirtió en la quinta mayor posición de Berkshire Hathaway, con un peso del 9,68 por ciento en su portafolio, precedido por Coca-Cola, Apple, Kraft Heinz y Wells Fargo.