Terremoto en la renta fija de EEUU. Un alto cargo del Gobierno chino ha anunciado que el país, el mayor tenedor de deuda soberana estadounidense, estudia recortar las compras de bonos, algo que ha provocado que la rentabilidad del treasury a diez años tocase máximos de marzo (2,57%).
Según informa Bloomberg, los funcionarios chinos están revisando las posiciones extranjeras del país y habrían recomendado reducir las compras de bonos estadounidenses. ¿Qué factores explican esta decisión? Por un lado, el mercado de deuda de EEUU se ha vuelto menos atractivo en comparación con otros activos y por otro, las recientes tensiones comerciales entre ambos países.
En cualquier caso, esta medida deberá lidiar con la estrategia que prepara la Administración de Donald Trump para aumentar sus compras. El departamento del Tesoro anunció en noviembre que extendería las compras a medida que la Reserva Federal reduzca su balance.
Al margen de la renta fijar, el dólar ha el otro damnificado por estas informaciones. El billete verde ha girado a la baja con virulencia y el euro ha llegado a recuperar la barrera de los 1,20 enteros.
Fitch se suma a la incertidumbre
A este escenario de incertidumbre se ha sumado Fitch. La agencia ha reiterado su advertencia de que EEUU podría perder su preciada calificación soberana de AAA si el país no eleva su techo de deuda en los próximos meses. Y es que, la Oficina de Presupuesto del Congreso ha dicho que el Departamento del Tesoro agotará todas sus opciones de endeudamiento y se quedará sin liquidez para cubrir sus cuentas para finales de marzo o comienzos de abril si el Congreso no eleva su límite de deuda.
James McCormack, jefe de calificaciones soberanas de Fitch, indicó a Reuters que, aún si Washington seguía haciendo pagos de intereses en sus principales bonos del gobierno, no cumplir con sus otras obligaciones domésticas "no sería compatible con el estatus AAA".
Durante el desacuerdo de 2011 acerca del incremento del techo del endeudamiento del país, S&P quitó a EEUU su calificación máxima. Desde entonces mantiene una nota de AA+ para la mayor economía del mundo. Al igual que Fitch, Moody's aplica su máxima calificación a EEUU.