
Noviembre no está siendo un buen mes para la renta variable europea. Después de haber avanzado un 11% en el ejercicio hasta máximos, las cotizadas del EuroStoxx 50 han retrocedido casi un 3% este mes, diluyendo también la rentabilidad de los productos que invierten en este activo. Es el caso de los fondos mixtos, que tienen en cartera tanto renta fija como renta variable (aunque la mayoría es europea, entre aquellos productos que se pueden comprar en España): solo en lo que va de mes sus ganancias anuales han mermado de media en 1,6 puntos porcentuales, al pasar de un 5,42 a un 3,77%.
Según refleja la encuesta de gestores realizada por Bank of Americana Merril Lynch, realizada entre el 3 y el 9 de noviembre, los inversores siguen positivos con respecto a la renta variable de la eurozona pero el favoritismo se ha diluido ligeramente durante el último mes. La sobreponderación sigue siendo más alta que cualquiera, pero ha bajado 9 puntos porcentuales hasta el 47%.
En concreto, las categorías que más han sufrido son aquellas que asumen más riesgo y, por tanto, tienen más exposición al mercado de renta variable. Por ejemplo, los mixtos arriesgados, que según Fernando Luque, editor senior de Morningstar, deben invertir al menos un 65% de su cartera en renta variable, han perdido 2,18 puntos porcentuales de su ganancia en 2017. Esto quiere decir que han pasado de rentar de media un 7,91 a un 5,42%. Aun así, son los más rentables del ejercicio y ninguno está en negativo. Según Morningstar, invierten de media el 50% de sus acciones en Europa.
Por su parte, los productos flexibles, que pueden variar entre un cero y un cien por cien en bolsa (por definición, tienen total libertad para poderse adaptar a cualquier entorno de mercado), son los siguientes que más han perdido, 1,91 puntos porcentuales, hasta dejar su rentabilidad de 2017 en el 4,37%.
Los moderados, que pueden tener entre un 35 y un 65% en bolsa, han caído 1,57 puntos hasta el 3,82%; y los cautos o defensivos, en los que las acciones deben suponer menos de un 35%, apenas han perdido 0,74 puntos porcentuales, hasta un rendimiento medio en el año del 1,45%.
Sin embargo, y a pesar de que la rentabilidad media de los productos mixtos en lo que va de año no es nada desdeñable, la prudencia se extiende de cara a las expectativas de un rally de fin de año en Europa. Solo el 60% de los 20 analistas encuestados por elEconomista espera que la renta variable de la región dé un tirón que le permita cerrar 2017 en máximos del ejercicio.
Entre otros motivos está la fortaleza del euro, que no beneficia a las compañías de la región. Llegó a alcanzar los 1,2 dólares a principios de septiembre y ahora ha vuelto a elevarse hasta el umbral de los 1,18 dólares.
Pero al parón de los mixtos se une otro inconveniente: la baja expectativa de rentabilidad de la parte de renta fija en sus carteras ante un entorno de normalización monetaria. Con la expectativa de que los bancos centrales subirán los tipos de interés –que se encuentran ahora en niveles mínimos históricos– primero en Estados Unidos y luego en Europa, la esperanza de lograr altas rentabilidades con este activo se antojan complicadas.
Así, no es de extrañar que sean las categorías más conservadoras las que ofrecen menores retornos. Según los datos de Morningstar, si el cien por cien de los mixtos agresivos ganan dinero en 2017, no ocurre lo mismo en el resto de categorías. En los cautos, el porcentaje de productos que están en negativo se amplía hasta el 16%; en los flexibles, hasta el 13%; y en los moderados, hasta el 4,6%.
Entre los superventas de 2017
En todo caso, los mixtos son uno de los productos superventas de este año. Según los datos de Inverco, los fondos de renta variable mixta acumulan suscripciones netas por valor de 4.317 millones de euros desde el mes de enero, solo superados por los 10.133 millones que han entrado en fondos de bolsa global y los 5.328 millones de los de renta variable internacional.
Su éxito responde a dos impulsos: por una parte, a la necesidad del ahorrador conservador de encontrar alternativas a caballo entre la renta fija y la renta variable; pero, por otro, al interés de las gestoras por ofrecerlos como una alternativa al depósito tras la caída de interés de éstos, después de que el interés medio del plazo fijo a un año en España haya caído hasta el 0,03%, lejos del 5% que llegaron a ofrecer hace apenas unos años.