
La gestora americana BlackRock defiende la renta variable emergente como el activo que ofrece un mayor potencial a 5 años vista. Para la renta fija las previsiones apuntan a rendimientos anuales inferiores al 2% en casi todo los activos. Los inversores más agresivos tendrán que conformarse con rentabilidades que apenas superen el 6%.
No hace tanto tiempo que bastaba con contratar un depósito sin riesgo para obtener rentabilidades anuales del 4%. Luego llegó la crisis, primero financiera y luego de deuda, y con ellas las políticas acomodaticias de los bancos centrales que han dejado los tipos de interés en niveles del 0%.
Este nuevo contexto ha obligado a los inversores que quieran obtener rendimientos reales positivos a asumir cada vez más riesgo en sus carteras pero con una diferencia con respecto a décadas anteriores. Ahora, los más arriesgados deberán conformarse con obtener rentabilidades anuales que como mucho superarán levemente el 6% de rentabilidad para los próximos cinco años, según apuntan en BlackRock.
Para cuantificar la rentabilidad que puede esperar un inversor a medio plazo, BlackRock, una de las mayores gestoras de activos del mundo, elabora trimestralmente un informe en el que analiza los rendimientos que un inversor puede tener en función del tipo de activo donde invierta. En el último, publicado la semana pasada, deja claras dos cosas. La primera es que la expectativa de rentabilidad a 5 años va en descenso en cualquier tipo de activo, y la segunda es que quien quiera conseguir un rendimiento del 5% debe invertir en el mercado de acciones ya que como explica Richard Turnill, jefe global de estrategia de inversión de BlackRock "las acciones siguen siendo atractivas en comparación con los bonos a medio plazo".
Activos más rentables
En concreto, por tipo de activos, al que otorga un mayor potencial de cara al próximo lustro es al de la renta variable emergente, para la que pronostica ganancias anuales levemente superiores al 6%.
Le siguen en la tabla las acciones globales sin incluir las de EEUU. Su rendimiento estará por encima del 5% pero es la categoría a la que más recorta la expectativa de rentabilidad en los últimos tres meses ya que en mayo ésta superaba el 6%. "Nuestras rentabilidades esperadas son bajas en términos históricos", reconoce Turnill, al tiempo que advierte de que "creemos que muchos inversores tienen aún demasiada liquidez en cartera y en otros activos refugio".
De hecho, con la excepción de la renta fija emergente, la deuda americana high yield y los bonos de inflación de EEUU, la previsión que manejan para la inversión en renta fija es inferior al 2% a 5 años. Y esa cifra, aunque puede tener sentido en un contexto de inflaciones bajas como el actual, no lo tiene tanto si, como pronostican los expertos, los precios van en aumento, aunque sea de una manera gradual.