
Medidas políticas, resultados empresariales, economía internacional, lluvias y sequías... Muchos son los factores que los inversores manejan para intentar conocer cuál es la decisión correcta a la hora de poner su dinero en un valor bursátil. Pero es todo mucho más sencillo: sólo hay que mirar al cielo. En los eclipses están las respuestas.
Al menos eso es lo que considera el estadístico y analista financiero Steve Puetz, que acuñó una idea que muchos siguen a pies juntillas: las crisis bursátiles llegan de la mano de los eclipses lunares.
"No todo eclipse se convierte en una crisis bursátil", dijo Puetz, quien se jubiló en Hawái y pasa su tiempo estudiando ciclos. "Necesita una burbuja para tener una caída del mercado, pero cuando se forma una burbuja, tiende a estallar cerca del tiempo de un eclipse lunar". Por contra, los eclipses solares marcan el fin de la fase bajista.
En correos electrónicos intercambiados con colegas y amigos, los operadores están compartiendo enlaces sobre la supersticiosa hipótesis, bromeando - posiblemente - que el eclipse total de sol del próximo lunes 21 de agosto podría suponer un nuevo punto de inflexión en el mercado.
Puetz sí tiene en cuenta la estacionalidad y la confianza del consumidor, pero no los titulares de los medios de comunicación. "Yo descuento las noticias", dijo el viernes en una entrevista telefónica. "Incluso cuando hay noticias positivas o negativas, un día o dos más tarde, el mercado se recuperará, dependiendo de si está en una tendencia alcista o bajista".
"Puede que no tenga mucho sentido para mucha gente, pero soy más un estadístico", dijo Puetz sobre el fenómeno del eclipse. "Sucede una cantidad inusualmente alta de veces, y no puedo explicarlo. Pero parece ser significativo".