
Hace tiempo que se habla del potencial de las grandes tecnológicas para hacer frente a la banca tradicional y, aunque aún queda mucho camino por recorrer, algunas ya están dando pasos firmes en esta dirección. Es el caso de Amazon, Alphabet y Facebook: las tres reciben consejo de compra
Silicon Valley is coming". Con esta frase, emulando al famoso eslogan de la serie Juego de Tronos, Jamie Dimon, director ejecutivo de JP Morgan, advertía en 2015 en su carta anual a los accionistas sobre la llegada de startups a Wall Street que innovaban y eran eficientes en áreas importantes para compañías como el banco, principalmente en lo que concierne a préstamos y pagos. Eso sí, las entidades no sólo tienen que hacer frente a empresas de nueva creación con un gran potencial de crecimiento, ya que grupos consolidados y con una gran penetración en la sociedad hace tiempo que vienen estudiando la manera de pescar en el mar bancario. Se trata de los grandes jugadores tecnológicos.
Aunque aún se encuentran lejos de alcanzar cuotas importantes en este sector, lo cierto es que ya están dando muestras de lo que son capaces y, más aún, de lo que serían capaces en un futuro. Por sí solas ya son empresas atractivas: todas reciben una recomendación de compra por parte del consenso de mercado. Por ello, si a sus negocios tradicionales se les suma el crecimiento que podrían alcanzar en el nicho bancario, el potencial es prácticamente incalculable.
Para poner los datos sobre la mesa valga un ejemplo: en una nota de prensa publicada en junio por Amazon, la compañía informaba de que en el último año había prestado más de 1.000 millones de dólares a pequeñas empresas. "Su gran capacidad computacional en términos de infraestructura y plataformas de su área Amazon Web Services le otorga un gran potencial en el medio plazo como para poder convertirse en una gran plataforma de productos y servicios financieros, tanto propios como de terceros", indican desde el IEB (Instituto de Estudios Bursátiles).
Junto a la compañía de comercio online, Alphabet es otra de las amenazas importantes para el sector tradicional. Cuenta con Google Wallet, un sistema de pago que, entre otras cosas, permite enviar dinero a través del correo electrónico como si de un archivo adjunto en un email se tratase. Además, los usuarios de este servicio pueden solicitar tarjetas de débito con cargo al mismo y se espera que pronto ofrezca tarjetas de crédito. Es más, la compañía cuenta con un bróker gratuito en Estados Unidos llamado Robin Hood.
"El sector financiero se basa en datos e información y en este campo Alphabet no tiene rival. Esta compañía, con talento, tecnología y capital suficiente, cuenta además con una gran cantidad de información de los usuarios y de las nuevas tendencias que podría utilizar a favor de sus futuros clientes", indica el IEB en su tradicional estudio Ranking Anual Competidores del Sector Financiero.
Son sólo unos ejemplos del potencial que tienen las tecnológicas en un sector como el bancario. Además de sus imponentes balances financieros, tienen a su favor ser ídolos de masas. Este tipo de empresas cuenta con millones de usuarios que tienen una experiencia satisfactoria con sus servicios y que las valoran muy positivamente. Una imagen que contrasta con la de la banca tradicional, sobre todo en ciertas genera- ciones, como la de los millennials. A esto se une el hecho de que las grandes tecnológicas manejan una cantidad ingente de datos sobre los usuarios y sus preferencias, por lo que pueden personalizar los productos de manera muy acertada.
"La insatisfacción con los actores dominantes favorece la aceptación de las nuevas tecnologías financieras y afecta sobre todo a los bancos, muy denostados desde el estallido de la crisis financiera mundial. Estas actitudes son especialmente fuertes entre los jóvenes. En una encuesta realizada entre millennials estadounidenses, el 71 por ciento señaló que preferían ir al dentista antes que escuchar a su banco, mientras que cuatro bancos estadounidenses figuraron entre las diez marcas menos valoradas", explican desde Fidelity. Junto a Amazon y Alphabet, Facebook es otro los jugadores fuertes. Desde el pasado 30 de diciembre la empresa que dirige Mark Zuckerberg está inscrita en el registro oficial de entidades del Banco de España bajo el nombre de Facebook Payments International Limited. Es decir, tiene permiso para operar como una entidad de dinero electrónico (hacer transferencias, recoger donaciones...), algo que ya funcionaba en Estados Unidos. "Esto les podría llevar a interesarse por la intermediación con divisas como paso natural e, incluso, a analizar la posibilidad de dar préstamos. Si a esto le añadimos que dispone de una clientela potencial de más de 1.600 millones de usuarios, es evidente que puede posicionarse como un competidor de peso", arguyen desde el IEB.
Una tesorería imponente
Uno de los grandes atractivos de estas tres compañías es su posición de caja y, en definitiva, de liquidez. Entre todas sumarán este año más de 137.000 millones de dólares según las previsiones, siendo Alphabet la alumna aventajada con más de 77.000 millones. Eso sí, de cara a 2018 los expertos ya prevén que su tesorería sobrepase los 100.000 millones. La segunda sería Facebook, con una caja de más 42.200 millones de dólares esperados para este ejercicio, mientras que en el caso de Amazon esta cifra sería de 17.400 millones.
Con estas ingentes cantidades de dinero, estas compañías tienen una gran capacidad de inversión. De hecho, Google Venture y Google Capital, los brazos inversores de Alphabet, están haciendo una fuerte apuesta en FinTech. Según los datos del IEB, de la cartera de la primera, más de un 10 por ciento son empresas de este sector.