
"No fuiste una pérdida de tiempo. Fuiste quien me hizo comprender que yo merecía a alguien mucho mejor". Esta frase bien podría atribuírsele a Disney en su ruptura con Netflix. Y es que, mientras han tenido un acuerdo, la compañía de entretenimiento más grande del mundo ha sacado rédito cobrando por los derechos de los contenidos distribuidos en la plataforma de streaming. No obstante, se ha dado cuenta de que hay una manera más rentable de exprimir la naranja de los contenidos online: tener una herramienta propia.
A este respecto, aprovechando la presentación de resultados trimestrales, Disney anunció que retirará sus contenidos de Netflix, principalmente películas, para crear su propio servicio de streaming (en principio sólo en EEUU). El fin del acuerdo se materializará en 2019. Una noticia que, pese al impacto a corto plazo (ambas compañías registran caídas en bolsa), no ha cambiado el parecer de las firmas de análisis.
De hecho, en el caso de Netflix, de las cinco casas de análisis que revisaron en la jornada del miércoles su valoración, cuatro reiteraron su consejo de compra y su precio objetivo. Desde el menos positivo, Berstein con 203 dólares por acción, al más optimista, Piper Jaffray con 215 dólares, Netflix tiene un potencial de entre un 14 y un 21%, respectivamente. Y eso que este año sus acciones ya escalan más de un 44%. El grupo, que ha pasado de ser un videoclub por correo a uno de los principales referentes audiovisuales, entró a formar parte de la cartera de Ecotrader en 2012 y, desde entonces, acumula unas ganancias superiores al 1.300%.

Por su parte, Disney tampoco ha salido mal parada, de momento. Hasta siete bancos de inversión han vuelto a recomendar la compra de sus acciones y la mayoría con un precio objetivo de 130 dólares, o lo que es lo mismo, estos expertos, entre los que se encuentran JP Morgan y Morgan Stanley, prevén que durante los próximos doce meses los títulos de Disney puedan subir más de un 21%.
¿Objetivo? No perder clientes
A veces no se ve el alcance de una amenaza hasta que te hace daño. Antes, Netflix no era temida por muchos de los grandes jugadores del sector, pero, como ha constatado Disney, el crecimiento de la compañía, que no solo ha servido para distribuir más contenidos sino para crear los suyos propios, ha provocado que los consumidores suscritos al cable hayan caído. Y esto no es algo baladí para una empresa como Disney, en la que un 30% de la facturación depende de esta línea de negocio.
En este contexto, según Fidelity, este año en EEUU los usuarios dedicarán la mitad de su consumo de contenidos a medios digitales y sólo un tercio a la televisión tradicional. Un país que para Netflix supone más de un 57% de sus ventas y, en el caso de Disney, más de un 76% junto con Canadá. Si se cumplen las previsiones, este año Netflix ganará más de 700 millones de dólares que si bien parecen pocos al lado de los 9.200 millones previstos para Disney, supondrían casi cuadruplicar lo de 2016. Ahora bien, para Disney las ganancias estimadas implicarían un retroceso del 1%.
Es una fase de consolidación, por ahora
Desde el punto de vista técnico, Carlos Almarza, analista de Ecotrader señala que "Netflix se encuentra a corto plazo en fase de consolidación dentro de la fuerte tendencia alcista que desarrolla en los últimos años. Los 164,80/161,70 dólares son el entorno de soporte clave que no debería de ceder para no poner en jaque la reanudación de la tendencia. Mientras eso no suceda la tendencia seguirá prevaleciendo".