
Desde que Mario Draghi puso al mercado a pensar en la subida de tipos hace tres semanas, la banca acapara de nuevo todo el protagonismo. El efecto Sintra del presidente del BCE (el mensaje entendido por las bolsas como quisieron y no por lo que se dijo) es un rebote de lo que ya se produjo en octubre, y que tiende a adelantar en el calendario la expectativa de la subida de tipos. Ahora la volvemos a colocar antes del verano de 2018. Dónde pongamos la fecha, condicionará más subidas de la banca; o bajadas, si se retrasa.
Volcarse o no con la banca va a partir el mercado en el próximo año en cuanto a rentabilidades, porque el sector está claro que no goza de las mejores recomendaciones de La Liga Ibex de elEconomista. Si hay un gestor activo en el mercado español que se ha distinguido por su confianza en los bancos es José Ramón Iturriaga (Abante), que los tiene todos en cartera, porque confía en que el mercado te los está regalando con precios por debajo del coste de liquidación. Un amigo me decía esta semana que Iturriaga te puede llevar más lejos que nadie, pero que lo va a hacer con los pasajeros vomitando en todas las curvas del viaje por la alta volatilidad de su cartera.
Esto es lo que tiene confiar ciegamente en una banca que todavía cotiza por debajo del valor que hay en sus libros, pero en la que aún se pueden ver replicas como la del terremoto Popular. Incluso hay apocalípticos que hablan de otro movimiento tectónico similar en Sabadell. Por eso, algunos bancos cotizan a precios muy por debajo de su valor de derribo y pueden generar potenciales ganancias en los próximos meses.
Así piensan ya los Messi y Ronaldo de la gestión valor, Paramés y De la Lastra, que esta semana hemos conocido que han convertido a Unicaja en su posición significativa en banca española. No es que en Bes-tinver y Cobas hayan hecho una apuesta vital por el sector financiero, pero resulta curioso que hayan mutado de gestores valor a expoliadores de tumbas bancarias. Un gestor competidor de ambos te cuenta que después de décadas viendo balances de bancos, la única conclusión a la que ha llegado es que no entiende nada de los mismos. Y otro te recuerda que el balance de Unicaja decrece por trimestres y que el presidente histórico, Braulio Medel, no quiso estar en la salida a bolsa porque para nada quería la parte pública de lo que supone estar en mercado. Valor, valor, entonces... Más bien precio de saldo por los problemas heredados. Como los que hay en Liberbank, que por la volatilidad obliga a la CNMV a comportarse como la bolsa rusa en Leh-man -se cierran los cortos dos meses más y así no cae la bolsa-. Eso sí, si Liberbank es susto y no muerte, cuando suban los tipos será el banco más beneficiado -el 68 por ciento de su cartera crediticia son hipotecas-.