
Google tiene motivos para respirar de alivio. El Tribunal Administrativo de París se pronunció ayer a favor de la compañía estadounidense, a la que la Hacienda francesa reclamaba 1.115 millones de euros en impuestos correspondientes al periodo 2005-2010. La decisión estimó que Google Ireland Limited, su filial irlandesa, responsable de las operaciones europeas de la compañía, no tiene por qué ser gravada en Francia porque no dispone en el país de una estructura "estable", según informa la agencia Efe.
Las reglas de la OCDE establecen que una empresa debe pagar sus impuestos en un país si dispone en el mismo de un "establecimiento estable", lo que implica fábricas, locales o empleados, y representantes de la misma. Google, según destacó ayer el diario Le Figaro, defiende que no tiene ningún establecimiento estable en Francia porque no ha firmado en el país ningún contrato, dado que es su cuartel europeo en Irlanda la que está al frente. La administración fiscal francesa había presentado su demanda por posible evasión y tenía puesto su foco en los pagos del impuesto sobre sociedades.