Bolsa, mercados y cotizaciones

China inquieta pero si hay una corrección en el mercado no será la culpable

  • Es la principal preocupación para los gestores tras el recorte de rating

Tras colocarse como mayor preocupación de los gestores en la última encuesta de Bank of America y de ver rebajado su rating, los inversores vuelven a volcar la mirada sobre la situación económica de China. Los expertos consideran que el banco central del país asiático se encuentra preparado para poner coto a la escalada de su deuda y no ven motivos para preocuparse.

Dentro de dos meses se cumplirá el segundo aniversario del crash chino. Por aquel entonces, las sucesivas devaluaciones del yuan llevadas a cabo por el Banco Popular de China cogieron por sorpresa a los mercados y provocaron fuertes caídas en las bolsas hasta tal punto de que el Ibex 35, que avanza un 15 por ciento en el año, todavía debería anotarse casi un 4 por ciento adicional para recuperar sus niveles previos al crash chino. Tras la réplica de enero de 2016, en los que la nueva devaluación de su divisa volvió a sacudir a los mercados, el miedo a China parecía ya olvidado. Sin embargo, el estado de salud de la segunda economía del mundo ha vuelto a situarse en el foco de los inversores. Una contracción crediticia en el gigante asiático ya es la principal inquietud para los gestores, tal y como se desprende de la última encuesta de Bank of America Merrill Lynch, y, además, la constante escalada de su pasivo ha encendido las alarmas de la agencia Moody's, que, por primera vez en 28 años, rebajó la calificación del país -de A1 a Aa3-. "La rebaja refleja la perspectiva de Moody's de que la fortaleza financiera del país se verá de alguna manera erosionada en los próximos años, con una deuda que continuará aumentando mientras el crecimiento potencial se ralentiza" advierten en la agencia. Las perspectivas de crecimiento de los expertos recogen que el PIB pasará de crecer a un ritmo del 6,8% al que cerró 2016, al 6,6% que se prevé para este año y al 6,3% que estima para 2018. Según Alberto Blasco, gestor técnico de inversiones de banca privada de Ibercaja, la causa fundamental se encuentra en que, "conforme vas creciendo más difícil es mantener ese ritmo de crecimiento" por el efecto base.

Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en verano de 2015, este rebrote del temor sobre la salud de la segunda mayor economía del mundo no ha sido suficiente para sacudir a las bolsas, que siguen a un palmo de sus máximos anuales. Y es que, pese a que el yuan se deprecia algo más de un 4 por ciento frente al euro, el motivo no se encuentra tanto en su debilidad, sino en la fortaleza de la divisa comunitaria que. De hecho, frente al billete verde se anota alzas de un 2 por ciento en el año, lo que atenúa los temores de que vea las compañías del país vean engordada su deuda denominada en dólares.

Además de la estabilidad del yuan los expertos encuentran otro motivo para mantener la tranquilidad: el congreso quinquenal del Partido Comunista. El politburó del régimen se reunirá en otoño y de este encuentro saldrán las pautas que orientarán la economía china para los próximos cinco años. "El presidente chino no permitirá que ocurra nada hasta que se celebre el Congreso", declara Jorge González, analista de inversiones de Tressis. Hasta entonces, es previsible que el régimen haga todo lo posible para evitar sobresaltos.

Una deuda que no deja de crecer

Uno de los mayores motivos de incertidumbre sobre la salud de la economía china es el fuerte incremento de su deuda corporativa -que también incluye la de empresas controladas por el Estado- que en apenas diez años ha escalado desde el 99 por ciento del Producto Interior Bruto que suponía en el año 2008 hasta el 159 por ciento actual. Una cifra que, sumada al 45 por ciento que representa la deuda pública y al 43 por ciento de los hogares, lleva la ratio deuda total sobre el PIB a casi el 250 por ciento.

Algo a lo que se unen ?el problema de la banca en la sombra? y las "dudas metódicas de cómo se elaboran los datos", como destaca Sergio Míguez, director de relaciones institucionales de EFPA. Ante esta situación, las autoridades chinas han puesto en marcha varias medidas con el objetivo de estimular el desapalancamiento.

"El Banco Popular de China ha subido tipos en sus múltiples herramientas de política monetaria -incluyendo operaciones de mercado abierto y las facilidades de préstamo a medio y largo plazo-". De hecho, en los cinco primeros meses del año su posición en el sistema financiero ha cambiado de signo y ha drenado el equivalente a 94.690 millones de euros de liquidez al sistema financiero, frente a los 49.610 millones que inyectó en el mismo periodo de 2016. Este endurecimiento de las restricciones al crédito han desembocado en un fuerte repunte del shibor, el interés de referencia en el mercado interbancario, equivalente al euribor en Europa. El dato a 12 meses ha escalado desde 3,15 por ciento que marcaba en diciembre hasta el 4,4 por ciento actual. Los expertos valoran que este movimiento puede tener dos derivadas. Una, la que ahora se entiende como menos probable, es que las compañías vean engordar sus gastos financieros hasta tal punto de obligar a echar el cierre a más de una, y otra, que estimule a las compañías a aligerar su pasivo. De hecho, según datos de Bloomberg, tras tocar máximos de 7,2 veces en 2016, la ratio deuda neta sobre ebitda se ha reducido hasta las 6,5 veces y se prevé que continúe reduciendo hasta las 4,8 veces a finales de 2018.

El encarecimiento de la financiación por la vía interbancaria se ha trasladado también al mercado de renta fija. La rentabilidad del bono chino a una década ha escalado desde el 2,9 por ciento que marcaba a comienzos de noviembre hasta el 3,6 por ciento en el que se sitúa en la actualidad. Una cifra que, no obstante, es inferior al interés del 3,7 por ciento que se le exige al papel a 2 años. El hecho de que su curva de rentabilidad esté invertida es interpretado por los expertos como una señal de curvas en el camino, bien en forma de menor inflación o más bajos tipos de interés, ambas, en todo caso, indicativas de unas menores perspectivas de crecimiento económico.

Lejos de un 'crash'

Sin embargo, los expertos señalan que la situación en el gigante asiático ya no es igual de preocupante que hace dos años. Buena muestra de ello es que el coste de cubrir un millón de euros ante un impago de China en los cinco próximos años es de 7.400 dólares, lo que representa su nivel más bajo desde septiembre de 2014 y casi la mitad de los 15.000 dólares que llegó a tocar en agosto de 2015.

"Creemos que el Banco Popular de China tiene la situación bajo control" argumentan en Fidelity. Y es que las medidas implantadas por las autoridades del país para contener la fuga de capitales parecen estar surtiendo efecto. El yuan gana terreno frente al dólar en el año, y la presión sobre las reservas de divisas del país se ha aflojado. Tras caer casi un 10 por ciento en 2016 y llegar a situarse por debajo de los 3 billones de dólares en 2016, ahora encadena cuatro meses consecutivos al alza y su posición sobre su fetiche, la deuda americana, vuelve a ser compradora.

Los verdaderos motivos de amenaza

Tras un 2016 plagado de baches en el camino, las bolsas han visto cómo todos los acontecimientos de este año se han saldado con el resultado más favorable para los mercados, lo que ha despejado el camino alcista para los índices. Sin embargo, todavía no se han despejado todos los nubarrones. Pese a que la situación en China no parece que sea capaz por sí sola de causar una corrección, los expertos sí consideran que ésta, unido a otros fantasmas del pasado, sí podrían causarla. "China, por sí sola no será causa de una corrección, pero sí será la excusa", resalta Jorge González.

Al otro lado del Atlántico, los temores giran en torno a dos frentes. Por un lado, la decepción del mercado con la falta de reformas de la Administración Trump. Por otro, que la normalización monetaria que está llevando a cabo la Reserva Federal haga que el viento deje de soplar a favor para la economía. "Cada punto porcentual que suben los tipos allí su PIB tiene un impacto en la economía 200.000 millones de dólares, lo que viene siendo una tercera parte de su crecimiento", resalta Jorge González. Por otro lado, Brasil, que vuelve a vivir una crisis política tras la revelación de las polémicas conversaciones del presidente del país, Michel Temer, tratando de ganarse el silencio de un exdiputado encarcelado por corrupción. A ello se suma la debilidad de las materias primas con el barril de crudo perdiendo los 50 dólares, que amenaza con emular la situación de comienzos de 2016 y la incertidumbre política en Italia, país que, en principio, celebra elecciones en primavera de 2018, pero que podrían ser adelantadas para finales de este año.

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Comentarios 3

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Jamón. Jamón
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En Contra

Jijijiji todo al contrario jijiji

Puntuación 3
#1
Vamos a contar mentiras tralara
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Pero que rally es ese , si en el año 2000 el Ibex estaba en el 13000 y 17 años mas tarde esta sobre el 10.700

Puntuación 4
#2
Al
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China será el detonante del Crash.

Los datos de China están manipulados y ningún país capitalista podrí  pararlo.Ni U.S.A.

Puntuación 2
#3