Bolsa, mercados y cotizaciones

El inversor vuelve a la yesca y la cantimplora

En el arranque de 2017 han entrado cerca de 30.000 millones de dólares en ETF de renta variable emergente. Esto supone solo un pequeño porcentaje de los 155.000 millones que salieron entre marzo de 2013 y mediados de 2016, por lo que los expertos creen que "esto solo acaba de comenzar" y que en la segunda mitad de año pueden seguir batiendo a los desarrollados

Después de que en 2016 los flujos en los fondos de renta variable emergente se mantuviesen prácticamente planos y de que en 2015 hubiese una clara espantada -ver gráfico-, 2017 ha comenzado como el mejor año en mucho tiempo. Durante las últimas 12 semanas se ha vivido la mejor racha de entradas de dinero -casi 24.000 millones de dólares- en estos productos desde la vivida entre finales de 2012 y comienzos de 2013, según los datos recopilados por UBS.

"Las entradas acumuladas siguen en un pico histórico a estas alturas del año, y están un 50% por encima de los flujos medios recibidos en 2009, 2010 y 2012", señalan desde la entidad. Pero, ¿dónde ha desembarcado la mayor parte del dinero? "Más del 100 por cien de estos flujos se han ido a fondos globales emergentes, seguidos por las entradas en fondos de Latinoamérica -aunque significativamente más pequeñas-. Mientras, Asia excluyendo a Japón y los emergentes europeos han visto salidas netas", explican en UBS. Aún así, los flujos de entrada solo compensan una mínima parte de las salidas que se vieron anteriormente. Entre marzo de 2013 y mediados de 2016 huyeron más de 155.000 millones de dólares, por lo que "la principal conclusión es que si el inversor particular está de vuelta, esto solo acaba de comenzar", concluyen en UBS. Los productos que han recibido la mayor parte de estos ingresos son el iShares Core MSCI Emerging Markets y el Vanguard FTSE Emerging Markets, con 10.700 y casi 5.000 millones de dólares, respectivamente (ver gráfico).

En esta situación, los principales índices de renta variable de países emergentes -y los ETF que los replican- experimentan subidas de más de doble dígito en lo que va de año, con lo que 2017 va camino de convertirse en el mejor ejercicio para este activo desde el año 2010, en el que se anotó una subida de casi el 25%.

Del mismo modo que en el mundo desarrollado, los inversores han borrado la reacción inicial al resultado de las elecciones en Estados Unidos. Con la victoria de Donald Trump, se temió una fuerte penalización para las economías de estas regiones, una situación que posteriormente se ha revertido. En las primeras sesiones tras los comicios, la bolsa retrocedió un 7% y desde entonces ya recupera casi un 20%.

El último susto del mercado emergente fue el fuerte desplome de Brasil -que es el quinto mayor mercado emergente en el MSCI Emerging Markets-, una caída de la que ya se ha recuperado. "Los activos emergentes han tenido fuertes retornos este año, incluso en el complicado mes de mayo, cuando China restringió la liquidez y Brasil sufrió nuevas incertidumbres políticas", indican desde el equipo de Exane BNP Paribas.

¿Puede seguir batiendo al mercado?

Ahora, la clave para los inversores será saber si este buen comportamiento puede prolongarse en el resto del año. En UBS señalan factores como unas condiciones financieras globales benignas, la estabilidad del yuan, el crecimiento de la rentabilidad y de las expectativas de beneficio y los flujos de fondos como claves del buen comportamiento de este mercado.

"Dados estos factores de apoyo, los emergentes tienen potencial para seguir batiendo al menos en el corto plazo a los desarrollados", reflexionan en la entidad suiza. En esta misma línea, los analistas de BNP Paribas esperan "más ganancias en los activos de la región, aunque más débiles que en la primera mitad del año".

Valoración atractiva

Tanto por PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) como por precio sobre el valor en libros, la renta variable emergente ofrece unas ratios atractivas con respecto a su media histórica y frente a los países desarrollados.

"Las valoraciones se mantienen por debajo de la media en ambas medidas. Los inversores globales aún son recelosos con respecto a los emergentes y los centrados en este mercado están más inclinados a apostar por las defensivas que por ser más arriesgados", consideran en Citi.

El PER a 12 meses del MSCI Emerging Markets se sitúa en las 12,6 veces, una rebaja del 21% frente a Europa y del 33% frente a Estados Unidos. Asimismo, cotiza a 1,6 veces su valor en libros, cuando durante 2009 y 2010 se mantuvo de manera consistente por encima de las 2 veces. Si de algo han pecado los analistas a nivel global durante los últimos años ha sido de ser demasiado optimistas en el arranque del ejercicio para luego ir corrigiendo las estimaciones a lo largo del año, una tendencia que se ha revertido en 2017 en el caso del mercado emergente.

En el mes de enero de 2017 se esperaba que el beneficio por acción (bpa) del MSCI Emerging Markets aumentase un 15% frente a 2016, en contraste con el más del 20% que se espera ahora, lo que ha permitido que las valoraciones no se hayan disparado. Si las expectativas de los expertos fuesen correctas, se registraría el mayor incremento de beneficio desde el año 2010.

De acuerdo con el análisis de UBS, Latinoamérica se situaría como la principal protagonista en el incremento de ganancias -impulsada fundamentalmente por Brasil, donde se podrían ver revisiones a la baja a cuenta de la incertidumbre política-. Se espera que la región multiplique por más de 3 su beneficio de 2016, si bien en 2018 el aumento se moderaría hasta el 9%. Por su parte, Asia emergente registraría una subida del beneficio por acción del 22%, para suavizarlo al 8% en 2018.

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