
"A prende del ayer, vive el hoy y espera al futuro. Lo importante es no dejar nunca de hacerse preguntas". Albert Einstein.
Einstein seguramente sea el físico más famoso del mundo, pero como muchos de sus descubrimientos y enseñanzas, estas sabias palabras se pueden aplicar a otras áreas, incluyendo, quizá sorprendentemente, la gestión de una cartera, especialmente durante una crisis financiera.
Este mismo mes hace veinte años, Tailandia gastó miles de millones de dólares en defender al baht tailandés contra los ataques de los especuladores de divisas. Esto fue quizás el canario dentro de la mina que indicó el inicio de la crisis financiera asiática.
Siete semanas después de comienzos de julio, Tailandia devaluó el baht y solicitó asistencia técnica al FMI. Durante las semanas y meses siguientes, otros países asiáticos devaluaron sus divisas y buscaron asistencia. Las ventas motivadas por el pánico presenciaron caídas y la historia de crecimiento asiático parecía haber llegado a un traumático final.
Pero la clave de una crisis es mantener la cabeza fría. El mercado de acciones británico cayó un 22% en dos días después del Lunes Negro de 1987. Aunque, como en todas las crisis, hubo un mañana.
Fuimos afortunados por tener a Hugh Young en nuestro equipo y a un equipo localizado en Singapur cuando golpeó la crisis financiera asiática. Contar con gestores establecidos en Asia, a miles de kilómetros de Londres, fue una grandísima ventaja. Pudieron escuchar de primera mano a los equipos directivos de las empresas y a los legisladores y tomar decisiones medidas. Sabían muy bien que la peor cosa que podían hacer era tomar decisiones precipitadas y vender en el momento de mayor pánico.
Seguimos manteniendo algunas de las compañías que teníamos en ese momento. Un buen ejemplo es el banco de Singapur OCBC. Es un banco gestionado de manera prudente que emergió de la crisis asiática en una buena forma. A diferencia de muchos de sus homólogos occidentales, aguantó bien la Crisis Financiera Global de 2007. Hoy en día es un gigante regional de servicios financieros. Durante los últimos 20 años el retorno total del precio de sus acciones es de más del 350%.
Nuestra inversión en OCBC no es el resultado de una fe ciega, sino más bien el resultado de reunirse y requerir a los equipos directivos de una manera regular y de un análisis continuo de los balances y modelos de negocio. Nuestro equipo de renta variable asiática se ha reunido con OCBC 25 veces solo durante los últimos cinco años. En ningún momento hemos dejado de realizar preguntas sencillas o de asumir que el pasado es una guía para el futuro.
Toda inversión está mejor hecha a largo plazo, y al hacerlo así en los mercados emergentes es incluso mejor. Han tenido su cuota de subidas y caídas de sus propios desarrollos -como la crisis asiática- pero también han sufrido por las decisiones de otros. Los mercados de acciones emergentes y de Asia experimentaron ventas provocadas por el pánico después de la victoria electoral de Trump durante el pasado mes de noviembre. Puedo recordar titulares como "Los mercados emergentes se hunden tras la victoria de Trump" y "Oleada de ventas tras la victoria de Trump en las elecciones de Estados Unidos". Justo seis meses después la historia ha cambiado "Sólidos fundamentales hacen subir al índice FTSE Emerging Markets" y "El capital extranjero está regresando a los mercados emergentes en Asia".
Este cambio está parcialmente guiado por una visión más considerada de los riesgos que supone la presidencia de Trump, así como un aumento de la confianza en la economía y la recuperación de los beneficios que están experimentando los mercados. Por su puesto, los riesgos se mantienen: tensiones geopolíticas en la península de Corea y desaceleración del crecimiento en China, pero solamente dos. Fue llamativo que el pánico sobre los mercados emergentes en Occidente no coincidiera sobre el terreno en los propios mercados.
Cuando se trata de invertir, es crucial aprovechar las lecciones del pasado, mantener la calma en el presente, mirar al futuro y estar continuamente haciéndose preguntas. Quizá el consejo de Einstein puede redefinirse a: "Aprende del ayer, sobrevive al hoy e invierte para el mañana. Lo importante es no dejar nunca de hacerse preguntas".