
Uno de los mayores atractivos de la bolsa española es su elevada retribución al accionista, una de las más altas de Europa. Algo que ha quedado patente en el Foro Med Cap, organizado por Bolsas y Mercados Españoles. Marta Bartolomé, CFO de Grupo BME, explicó que el "el pago de dividendo a los accionistas forma parte del ADN de la compañía", y remarcó que precisamente el mercado español tiene una "rentabilidad alta y consistente".
Un marco idóneo que Antonio Zabalza, presidente de Ercros, aprovechó para anunciar que en la próxima junta se va a aprobar por primera vez el pago de dividendo. En su caso, la compañía forma parte de un sector cíclico aunque progresivamente están aumentando el peso de los no cíclicos. "La existencia de beneficios es una condición necesaria para que podamos dar un dividendo. Hemos sido muy cuidadosos en la configuración de la política de retribución", aseguró. Así, establecen tres condiciones para poder retribuir a su accionariado: tener un beneficio mínimo de 10 céntimos de euro por acción (en 2016 fue de 40 céntimos por acción), una ratio de solvencia neta inferior a 2 y, por último, un bajo apalancamiento.
La retribución, eso sí, es por una doble vía: dividendo y recompra de acciones. Esta última es poco común, pero Zabalza defiende que fundamentalmente responde a la prospección que han hecho de las referencias de su accionariado: mientas una parte importante tenía una preferencia por el cash, los institucionales o grandes accionistas mostraban una preferencia por la recompra de acciones. "Ellos preferían ser los dueños de la decisión de cuándo realizar sus plusvalías, les daba más flexibilidad que retribuyéramos así al accionista", explicó.
Con una vocación clara de dividendo también nació Saeta Yield. Así lo aseguró José Luis Martínez Dalmau, su presidente y consejero delegado. "Invertimos en activos energéticos que sean capaces de generar flujos de caja de manera recurrente. La segunda palanca de valor es el crecimiento, invertimos en nuevos activos que cumplan esos mismos criterios, que estén en entornos que permitan generar flujos de caja, con riesgos acotados, entornos regulatorios estables. En los dos años y medio que llevamos de vida hemos aumentado un 9% el dividendo", explicó.
Por su parte, Íñigo de Cáceres, director general de Alantra Partners, aseguró que el pay out (porcentaje del beneficio ordinario que se destina al dividendo) de la compañía está en torno al 80%. "No tenemos ningún tipo de deuda financiera, por lo que en los próximos años tenemos que seguir invirtiendo esta tesorería en negocios rentables", prometió. Y es que su modelo de negocio se tiene dos formas de crecer: el orgánico y el puro de desarrollo de compras.
¿Retribuir o seguir creciendo?
Félix Revuelta, presidente de Naturhouse, defendió la condición de efectivo, ellos retribuyen dos veces al año. "Una recompra de acciones no nos aporta nada, somos una empresa muy simple y táctica", resaltó. Y describió su modelo de negocio como de "baja inversión y alta rentabilidad".
Ahora bien, ¿cómo se decide si realizar una fuerte inversión o apostar por el dividendo? Zabalza reconoció la importancia de esta pregunta. "Las inversiones son un elemento fundamental en el negocio de la compañía. Este primer dividendo de 2017 coincide con la finalización de la primera fase de un plan de adaptación al cambio de tecnología", confesó.
La puja interna dentro de las empresas a la hora de encajar las inversiones o el crecimiento con la retribución al accionista es nula en el caso de Saeta, confiesa Dalmau. "Nuestra política de dividendos es distribuir la mayoría de la caja que generamos, por lo que no hay crecimiento orgánico", añadió. Tampoco en el caso de BME: "Tenemos una posición de caja muy fuerte. Es difícil que se vea modificada nuestra retribución al accionista", insistió Bartolomé. "Otra cosa es la gestión del corto y largo plazo", puntualizó.
En el caso de Ercros, Zabalza confesó que, ante la tesitura de si retribuir, el sesgo natural del comité de dirección era pensar que todos los recursos que generaba la compañía eran para crecer o reducir deuda, y no para retribuir al accionista. "Estamos en medio de un cambio de comportamiento", anunció. "Nuestros directivos no estaban acostumbrados, pero tendrán que acostumbrarse por necesidad", remarcó.