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La banca comercial de EEUU enfría la concesión de préstamos automovilísticos

Los grandes bancos estadounidenses parecen ver las orejas al lobo. Después de que las ventas de coches a este lado del Atlántico alcanzasen récords el año pasado hasta los 17,6 millones de unidades, las principales entidades financieras comienzan a retirarse del mercado de préstamos automovilísticos, un área que mueve actualmente casi 1,2 billones de dólares.

Tras un fructífero ascenso en que los créditos para comprar un coche han experimentado un crecimiento del 70% desde 2010, el miedo a que los consumidores asuman una mayor deuda de la que realmente pueden costear preocupa a muchos bancos y despierta el fantasma de las hipotecas basura que desató la mayor recesión desde la Gran Depresión de 1930. 

Dicho esto, con un mercado que mueve 1,17 billones de dólares según las últimas estimaciones trimestrales de la Reserva Federal de Nueva York, el impacto de una oleada de impagos y un aumento de la morosidad no desataría una crisis como la de 2008. Aún así, sí podría afectar los resultados de muchos bancos, que prefieren no cometer los mismos errores de las subprime, según adelanta el Financial Times. 

Es por ello que, de acuerdo a los últimos datos publicados la semana pasada de la Corporación Federal de Seguros de Depósito (FDIC, por sus siglas en inglés), la agencia gubernamental que respalda los depósitos de los bancos, la exposición de la banca comercial a este mercado cayó por primera vez en al menos seis años. Un recorte de 1.600 millones de dólares hasta un total de 440.00 millones de dólares con respecto al último trimestre del año pasado, que pone de manifiesto la aversión de estas entidades al aumento de la morosidad y el riesgo de litigio que puede derivarse de esta situación. 

Wells Fargo y J.P. Morgan, dos de los principales bancos dentro de este mercado, vieron como su concesión de nuevos créditos automovilísticos registró caídas de doble dígito en el primer trimestre cuando se comparan con las cifras registradas un año antes. Otros como Capital One, sólo sumaron alrededor de 2.000 millones de dólares a su cartera de préstamos para comprar coches, que asciende hasta un total de 50.000 millones de dólares.

El año pasado la Ofician del Controlador de la Divisa advirtió sobre los riesgos relacionados con las carteras de créditos automovilísticos así como las posibles violaciones de los estándares de préstamo justo que estarían cometiendo algunas entidades en su afán por engordar las concesiones ofreciendo créditos a individuos sin capacidad suficiente para costearlos. Algunas entidades se encuentran bajo investigación por parte de los reguladores así como de fiscales estatales y federales para determinar si se han cometido abusos.

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