
El Tesoro Público español afronta dos nuevas subastas de deuda pública esta semana, una de corto y otra de largo plazo, en las que, según prevén los expertos, España seguirá aprovechando el mayor apetito que existe entre los inversores por la deuda nacional.
Un hecho que ya quedó constatado en la última subasta celebrada por el Tesoro el pasado 9 de mayo, en la que España consiguió colocar más de 4.600 millones de euros en letras a seis y doce meses a un interés aún más negativo que en pujas precedentes, incluso mínimo histórico en el caso de la deuda a un año.
Esto significa que España cobró mucho más a los inversores que adquirieron este tipo de deuda.
La puja de la pasada semana fue la primera después de que el europeísta Emmanuel Macron ganara las elecciones presidenciales en Francia, frente a la ultraderechista Marine Le Pen.
Un triunfo con el que según los expertos, los fantasmas de otro gobierno antieuropeísta en la eurozona han quedado diluidos.
Estas menores tensiones políticas han propiciado una mejora del mercado europeo, y con ello, que el Tesoro haya podido adjudicar deuda más barata, lo que, tal y como estiman los expertos, se seguirá produciendo en las dos subastas previstas esta semana.
En la primera de ellas, que se celebrará el martes, 16 de mayo, el Tesoro colocará letras a tres y nueve meses, y en la segunda, prevista para el jueves 18, deuda a largo plazo de varias denominaciones.
En concreto, España espera vender en esa última subasta de mayo bonos del Estado a cinco años; otros que vencen en 2021; obligaciones a quince años y con un vencimiento en 2033.