
El análisis del primer trimestre de este año es, sin duda, positivo. Tanto para las bolsas, que se han visto impulsadas por la revisión al alza del crecimiento y los beneficios. Positivo también para, en su mayor parte, los datos económicos, lo que ha ayudado a sostener el comportamiento de los activos de riesgo.Durante el pasado mes de marzo vimos cómo mercados europeos como España, Italia o Portugal consiguieron ganancias superiores al 7% en respuesta al menor riesgo político percibido en ellos por parte de los analistas. Una corriente al alza que también se ha observado durante los tres primeros meses del año en los países emergentes, con avances cercanos al 13%.
El también buen tono de la economía china, cuyo producto interior bruto podía crecer con fuerza durante el primer trimestre, y la subida gradual de los tipos en Estados Unidos son la clave para explicar esta evolución.
Durante estos tres últimos meses hemos visto también cómo en el mercado de renta fija los bonos emergentes, tanto de estados como de empresas, han replicado claramente los movimientos de los parqués, superando a sus homólogos de los países desarrollados. Los bonos europeos se vieron perjudicados por la normalización progresiva de la curva de rendimientos, mientras que los bonos a largo plazo del Tesoro estadounidense permanecieron estables. En el mercado de deuda corporativa, los bajos niveles de los diferenciales siguen limitando su potencial alcista.
Si nos centramos en Estados Unidos, no podemos dejar de sentir una ligera sensación de déjà vu. Una vez más, la actividad económica decepcionó y situó su crecimiento en torno al 1%. Este fenómeno se explica, principalmente, por un problema de estacionalidad residual que la Oficina de Análisis Económico del gobierno estadounidense todavía no ha conseguido corregir.
En concreto, el gasto público en defensa y la inversión privada se subestiman, de media, 0,8 puntos porcentuales durante los tres primeros meses del año desde la década de 1990. Por el contrario, el crecimiento se sobrestima durante el segundo trimestre.
Sin dejar el análisis de Estados Unidos, algo que también sorprende es la debilidad del crecimiento, atendiendo a la fortaleza de las encuestas de actividad que, desde el mes de noviembre, han subido con más fuerza de lo que sugiere la mejoría de los datos reales.
Una fortaleza que, en parte, se explica, por la presencia de una prima de Trump. La descomposición del índice de confianza de los consumidores muestra, en efecto, una divergencia importante en función de la afiliación política de las personas encuestadas, de modo que los republicanos manifiestan un optimismo netamente superior al de los demócratas. Del mismo modo, el índice de pequeñas y medianas empresas (más afines al partido republicano) apunta al cambio en el clima político como razón principal de la mejora de las perspectivas económicas.
Este análisis pone de relieve la sensibilidad de los índices de confianza a una decepción en las políticas del nuevo gobierno. Mientras que los sondeos apuntan a un crecimiento del 3,4% en 2017, la supresión de la prima de Trump podría reducir estas proyecciones entre 0,5 y 0,9 puntos porcentuales. En cualquier caso, las cifras de crecimiento representarían una aceleración importante con respecto al año anterior, durante el que, recordemos, el PIB creció un 1,6%.
Volviendo a la macro global, y centrándonos ahora en el comportamiento de los sectores, destacaríamos que desde que comenzó 2017 el de la Energía se ha visto lastrado por la caída de los precios del petróleo (6,5%) y del gas (13,5%).
Por su parte, el Financiero, tras haber vivido un boyante inicio de año, cedió casi un 3% en Estados Unidos a raíz de la postura de la Fed, más expansiva de lo que inicialmente esperaban los inversores. No obstante, en Mirabaud esperamos su recuperación durante el segundo trimestre del año.
Cerramos, pues, a grandes rasgos, un primer trimestre de año más positivo que negativo a todos los niveles, pero que no hace prever que la volatilidad desaparezca de los mercados. La gestión activa seguirá siendo un valor en alza.